Tras el asesinato de Yolanda Sánchez Figueroa, alcaldesa de Cotija, Michoacán, y las amenazas recibidas por su sucesor electo, Juan Pablo Aguilar Barragán, nadie quiere asumir el cargo de alcalde durante los meses restantes de la actual administración.
El homicidio de la alcaldesa ha generado un clima de miedo en Cotija. Ningún funcionario está dispuesto a ocupar el puesto en los meses restantes del mandato. Previamente, la alcaldesa había sido secuestrada en Zapopan, Jalisco, aunque fue liberada tres días después por el grupo armado que la retuvo.
Además, Aguilar Barragán, sucesor de Sánchez Figueroa y candidato electo el 2 de junio, ha recibido amenazas de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Por esta razón, ningún funcionario del ayuntamiento de Cotija ha aceptado asumir la alcaldía hasta diciembre, cuando culminaba la administración de Sánchez Figueroa.
El síndico municipal, Paulo Ávalos Álvarez, quien legalmente sería el encargado del despacho de la presidencia municipal, se ha negado a tomar el cargo. Los funcionarios temen la posible infiltración del narcotráfico. Algunos incluso han abandonado el municipio y emigrado a Estados Unidos, como Rubén Robledo Oseguera, quien confirmó su traslado junto a su familia debido al acoso del CJNG.
Una fuente del ayuntamiento reveló al portal de noticias La Silla Rota: «Desconocemos el paradero del regidor Fernando González, quien creemos también se ha marchado a Estados Unidos, aunque no lo hemos confirmado».
La fuente consultada afirmó que ninguno de los miembros del Cabildo quiere asumir la alcaldía interina. Todos temen que el CJNG tenga un infiltrado en el ayuntamiento, una persona que es pareja sentimental de la hija de Sergio González Gutiérrez, alias “El Lucas”, exlíder regional del grupo delictivo en Cotija, abatido por las autoridades hace dos años.
