La trágica historia de una indígena mexicana encerrada 12 años en un psiquiátrico en EE.UU.

El 8 de junio de 1983, la policía encontró a una mujer con ropa sucia y pies maltratados en una iglesia. Intentaron comunicarse con ella en inglés sin éxito, y al no tener traductores que comprendieran su lengua, pasó los siguientes 12 años privada de su libertad

La trágica historia de una indígena mexicana encerrada 12 años en un psiquiátrico en EE.UU.

Rita Patiño Quintero, una indígena rarámuri del estado de Chihuahua, México, había buscado refugio en el sótano de una iglesia metodista en Manter, Kansas. Un pastor la descubrió comiendo huevos crudos antes de la llegada de las autoridades. Se cree que llegó caminando desde México, pues rarámuri significa «corredores ligeros».

Llevada a una estación de policía, Rita golpeó a una agente que intentaba asearla. El documentalista Santiago Esteinou, en su película «La mujer de estrellas y montañas», relata cómo, tras una investigación, descubrió la historia de Rita. Un traductor hizo un informe superficial, concluyendo que era una indígena de algún país latinoamericano, y sin entender sus palabras, se determinó que Rita no estaba en sus facultades mentales, por lo que fue internada en un hospital psiquiátrico.

Rita casi no hablaba español; su lengua materna era el rarámuri. En el sistema judicial de Kansas no había traductores que pudieran asistirla, lo que la dejó sin entender el proceso legal en su contra ni las razones de su encierro.

Su vida estuvo marcada por la exclusión, la violencia médica y la soledad, aunque también rodeada de mitos y misterios. Rita, nacida en 1930, era pastora, partera, herbolaria, artesana y lavandera. Vivió en Piedras Verdes y luego cerca de Cerocahui, en Urique. Tenía un carácter fuerte y fue acusada injustamente de asesinar a su marido, lo que la llevó a ser rechazada por su comunidad.

Eventualmente, se convirtió en una «apestada» y comenzó a vagar con su hijo. Su comunidad la veía con miedo, y las puertas se le cerraban. Esteinou sugiere que Rita podría haber tenido una discapacidad no comprendida por quienes la rodeaban. Las autoridades le quitaron a su hijo, y cómo llegó a Kansas sigue siendo un misterio.

Inicialmente, la corte ordenó su internación por tres meses, pero el abogado asignado nunca se presentó, y Rita no tuvo traductores. Su estancia se prolongó por años, siendo medicada sin diagnóstico adecuado. La organización Kansas Advocacy and Protective Services, hoy Disability Rights Center of Kansas, revisó su caso en 1994, descubriendo que siempre se supo que era de Chihuahua y hablaba rarámuri.

Después de una batalla legal, Rita fue liberada en 1995 y regresó a México. Recibió una indemnización de $90,000, de los cuales $32,641 fueron para la ONG y sus abogados.

Sin embargo, el dinero que debía ayudarla fue mal gestionado por una monja encargada del fideicomiso, quien desapareció con la mayor parte de los fondos.

Rita vivió en pobreza a pesar de la indemnización. Murió en 2018, siendo despedida con una fiesta en su comunidad, acorde a las creencias rarámuri de celebrar la muerte para ayudar a la persona fallecida a pasar al siguiente plano de existencia, entre las estrellas que iluminan las montañas de la Sierra Tarahumara.

Fuente: BBC MUNDO

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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