Las insólitas escenas no llegan esta vez desde el Metro de Barcelona, donde últimamente le da a algunos por practicar sexo o mear en pleno andén, sino desde Nueva York.
La protagonista es una ‘ojazos’ que está sentada al lado de un joven que escucha tranquilamente música con sus auriculares. La chica se masturba bajo su ropa sin disimulo mirándole descaradamente hasta que, al ver que no le hace caso, le coge la mano para ver si se presta a rematar la faena.
El aludido se niega en rendondo, aunque ella sigue a lo suyo.