Difícil de creer, pero real como la vida misma.
A la atrevida y descerebrada pareja la grabó un cotilla que circulaba con sus amigos por la misma carretera y que, lejos de frenar por la impresión, adelantó al vehículo entre carcajadas para certificar lo que estaban viendo: un hombre -conduciendo- y una mujer, fornicaban en su interior como descosidos estilo caballito a toda marcha.
No se sabe si la policía de esos lares, en Moscú, tomó algna medida al respecto, o si alguien denunció el hecho.