El vídeo no tendría mayor trascendencia de no ser por el contexto en que ha sido grabado: pocas horas después de los atentados de Londres y con un hombre de color que mostró su respulsa haciendo lo propio con su pene, -de gran tamaño segun testigos presenciales-.
Así, se planta en la calle de una ciudad holandesa frente a un musulmán que trata de contenerse ante tamaño despropósito, y que no interviene hasta que el tema está controlado: dos compatriotas se hartan de que ‘pase pena’ y dan de puñetazos al provocador, que trata de defenderse esbozando sin éxito algunas poses pugilísticas.
Al final, intervienen otros transeúntes y la cosa no pasa a mayores.