Mirko Ceska, de 58 años, y Regina Ceska, 55, eran «un tipo de gente distante», contó su vecino Bryan Chatham a WCTV. Ellos se mantenían aislados y no eran del tipo de personas que invitan a otros a cenar a su casa. Así que cuando les arrestaron por presuntamente abusar de dos mujeres bajo su custodia, fue la primera vez que Chatham supo que había alguien más viviendo en la propiedad, que estaba rodeada por robles altos y letreros de «Prohibido el paso».
«Ni siquiera sabía que tenían niños», dijo Chatham a la cadena de televisión. «Pensaba que vivían solos». Hace más de una década, según reportajes anteriores, los Ceskas adoptaron a dos niñas gemelas que tendrían ahora cerca de 20 años. El 28 de junio, dos mujeres escaparon de la pequeña granja de la pareja en Crawfordville, Florida (EEUU), y acudieron a la policía con una desgarradora historia de abuso físico y sexual, que habían soportado durante años contra su voluntad. Los agentes no llegaron a confirmar si estas mujeres eran las gemelas que la pareja adoptó, pero dijo en un comunicado que los Ceskas tenían la «responsabilidad de la custodia» de ambas.
Las fugitivas, cuyas edades no fueron especificadas, dijeron en la Oficina del Sheriff del Condado de Wakulla que sus cuidadores las usaban para realizar las tareas en la granja, y que las ponían a trabajar cada día a las 05:30 a.m. Aprendieron a cuidar cerdos y ovejas, a cultivar frutas y verduras, a esquilar las ovejas por su lana, a tejer tela en un telar y coser. Pero lejos de ser una experiencia idílica en la granja, las mujeres describieron su vida allí como una pesadilla sin fin.
Ambas denunciaron que Mirko Ceska las forzaba a tener sexo con él, algunas veces con la aprobación de Regina Ceska. Las víctimas dijeron que no les permitían abondar la granja, tener amigos o sus propios celulares. Cuando ellos salían en público, nos les permitían hablar o incluso saludar con la mano a nadie, y eran «instruidas para siempre parecer felices», dijeron las autoridades. Si no sonreían, las amenazaban con golpearlas, insultarlas o quitarles la comida.
Antes de que huyeran, explicaron las mujeres, Mirko Ceska les golpeó con una varilla de metal. Una de ellas tenía moretones en la espalda y el brazo cuando se reunió con los detectives.
Las dos denunciantes les dijeron a las autoridades que los Ceskas eran «preppers» (personas que se preparan para el Apocalipsis) «que tenían propiedades ubicadas por todo EEUU por si necesitaban escapar, raciones de comida y armas almacenadas en caso de que se produjera una gran calamidad», dijo la policía. Los registros de propiedad muestran que, además de la granja en Crawfordville y varias parcelas de tierra sin desarrollar en Florida Panhandle, la pareja también posee una pequeña isla en un estanque en las afueras rurales de Dover-Foxcroft, en Maine.
Las dos mujeres, cuyos nombres no fueron revelados porque son supuestamente víctimas de agresión sexual, presentaron una demanda de violencia doméstica contra Regina Ceska, según documentos judiciales. Se desconoce cómo se las ingeniaron para escapar de la granja, y adónde fueron después de huir. El viernes, los investigadores siguieron las órdenes judiciales en casos de violencia doméstica, y allanaron la casa de la pareja de Crawfordville, donde encontraron «docenas de armas de fuego de gran calidad y mucha munición», algunas de las cuales estaban escondidas detrás de muros falsos y debajo de una escalera, junto con grandes cantidades de comida y «artículos de supervivencia».
Los investigadores tomaron un video casero en el que Mirko Ceska aparecía gritándole a las víctimas y acusándoles de haber robado comida. En su celular, hallaron evidencias de que había buscado en Internet «un video incestuoso», según un comunicado de la Oficina del Sheriff del Condado de Wakulla. Mirko Ceska fue acusado de agresión sexual, abuso y negligencia. Regina Ceska fue acusada de dos cargos por negligencia y por no denunciar los abusos. Ambos ingresaron a la cárcel del Condado de Wakulla y se desconoce si cuentan con un abogado.
Los funcionarios no explicaron cómo las víctimas terminaron con los Ceskas como sus guardianes. Sin embargo, en 2009, la pareja se encontraba entre el grupo de padres adoptivos que fue invitado a conocer al entonces gobernador de Florida Charlie Christ (R) a la mansión del político, tal y como informó Tallahassee Democrat. El evento, titulado «Día de exploración de la adopción», intentaba celebrar el hecho de que un número récord de niños había encontrado un hogar a través del sistema de adopción estatal durante el año fiscal previo.
Pero Mirko y Regina Ceska, que le dijeron al gobernador que habían adoptado a dos niñas de 12 años el año anterior, tuvieron la oportunidad de expresar su preocupación acerca de si los niños estaban siendo sobremedicados. La pareja dijo que a sus hijas les habían recetado 11 medicamentos mientras se encontraban en hogares de acogida, incluido Seroquel, un antipsicótico desarrollado para tratar la esquizofrenia. «Su comportamiento era absolutamente terrible y casi no podías controlarlas», dijo Regina Ceska, según Associated Press, que señaló que la pareja había educado en su casa a dos hijos mayores.
Los Ceskas le dijeron al gobernador que habían quitado a las dos niñas sus medicamentos y que su comportamiento había empezado a mejorar. Según los informes, Mirko Ceska comentó que pensaba que el problema era que los padres «no quieren que estos niños tengan demasiado que hacer», así que les ponen a dormir. La Oficina del Sheriff del Condado de Wakulla no ha aclarado si las chicas que adoptaron los Ceskas eran las mismas que escaparon de la granja.
Más allá de ese incidente, la pareja parece haber mantenido un perfil bajo mientras se preparaban para el Armagedón. Los registros estatales muestras que Regina Ceska, que trabajó recientemente en un asilo de ancianos de Tallahassee, ha sido enfermera con licencia desde 1991 y no ha recibido quejas públicas. Del mismo modo, informó The Democrat, Mirko Ceska trabajó en una tienda de marcos en Tallahassee que se encuentra a unas 20 millas al norte en Crawfordville durante 35 años antes de su arresto.
El propietario de la tienda, Richard Young, dijo que a pesar de hacer negocios juntos por varias décadas, él y Ceska tenían poco contacto y nunca fueron cercanos. Ceska usualmente permanecía en la parte trasera del local montando los marcos, dijo.
«No era lo que llamaría un cliente amigable», dijo Young al diario. En Crawfordville, donde vivían en casi tres acres de tierra marcada por un buzón golpeado por el clima, la pareja parece haber llamado poco la atención, aunque una mujer le dijo a WCTV que Mirko Ceska era conocido por involucrarse en altercados verbales, y parecía que nunca dejaba a nadie entrar a su propiedad. En retrospectiva, agregó, eso debería haber sido una señal. «No tenía ni idea», le dijo a la cadena de televisión. «Habría hecho algo para ayudarlas si hubiera sabido que estaban allí».