"Prensa Gulag" recrea el surgimiento de la primera agencia de prensa privada y libre en Cuba, Habana Press, en 1995, de la que San Francisco fue subdirector editorial
El escritor cubano Julio San Francisco, «desterrado» en España desde hace doce años, refleja la lucha de los periodistas de su país por la libertad de prensa en «Prensa Gulag», una novela publicada en internet a la que el autor y cofundador de Habana Press le ha prestado buena parte de su vida.
Con esta novela, disponible ya en «bubok.es», «lulu.com» y «amazon.com», San Francisco, de 55 años, rinde homenaje a «todos aquellos cubanos que han dado su vida por la libertad de prensa» o que permanecen en prisión por ese motivo, afirmó el autor en una entrevista con Efe.
De casi 600 páginas, la novela es «la primera que se publica sobre la desigual lucha de los informadores de la isla por la libertad de prensa», aseguró el escritor, quien, junto con sus amigos Raúl Rivero y Carlos Alberto Montaner, es uno de los periodistas más influyentes del exilio cubano.
«Este libro lo viví primero en la vida y luego lo escribí», dijo este poeta y narrador que hace doce años tuvo que tomar la decisión de abandonar su país porque «la alternativa era que me pudriera en la cárcel».
Llegó a España con una «verdadera joya literaria» de la Policía Política cubana en su pasaporte: «Permiso salida definitiva, por un término de definitivo». Esa es «la modalidad moderna del destierro», comentó el escritor y periodista, que ya reflejó esa dura realidad en uno de sus poemas más famosos, «El desterrado».
Pudo haber elegido Estados Unidos como destino de su exilio, pero optó por España porque sus abuelos «eran gallegos» y porque la lengua es la misma. «Emocionalmente me sentía más cerca de este país», añadió el autor de «Nada y otros cuentos del absurdo».
«Prensa Gulag» recrea el surgimiento de la primera agencia de prensa privada y libre en Cuba, Habana Press, en 1995, de la que San Francisco fue subdirector editorial y que dio lugar a lo que 14 años después se conoce como el Movimiento Cubano de Periodismo Libre (Independiente), según una nota facilitada por el autor.
«Este movimiento agrupa a más de 50 pequeñas agencias y a 200 periodistas en toda Cuba, de los que 26 están en la cárcel y 12 en el destierro», añade San Francisco.
En el prólogo, Luis María Anson, periodista y académico de la Lengua, dice que el lenguaje de esta novela «es certero, conmovedor, provocador, descarnado, electrizante, un fuego permanente de lirismo y procacidad», y subraya que se trata de una obra «de alto voltaje literario, interesante, apasionada, de escritura como un fulgor y conocimiento profundo de la condición del hombre».
El protagonista de «Prensa Gulag» es Arturo Estuardo, un periodista disidente que funda la primera agencia privada de prensa en Cuba y trata de luchar por la libertad de expresión, aunque eso le cueste «arrestos y torturas», le dijo a Efe el autor, que sabe de lo que habla.
«Es una novela con fondo de ficción y trasfondo autobiográfico», cuyos personajes se mueven en medio de ideales, lucha, amistad, amor, persecuciones policíacas, agentes infiltrados, teléfonos pinchados», señaló el escritor.
Julio San Francisco confía «mucho en las nuevas tecnologías» y por eso decidió que su novela se difundiera «on line», a través de las librerías virtuales más importantes del mundo. «Es lo moderno, las última gracia que nos da el desarrollo», añadió.
El autor de «Todo mi corazón y otros agravantes, poemas escritos en La Habana y Madrid» está «absolutamente convencido» de que volverá a su país, pero no sabe cuándo.
«La transición a la democracia en Cuba será inevitable, como en todos los países donde ha habido una dictadura o una tiranía, y no creo que sea (el presidente cubano) Raúl Castro el que vaya a iniciar ese proceso», dijo el escritor.
Pero, «cuando muera Fidel Castro y los cubanos sepan que quien creó todo eso está cuatro metros bajo tierra, se acelerarán los cambios porque la gente empezará a comportarse como si la dictadura se hubiera acabado», añadió San Francisco, quien confía en que su novela pueda leerse en Cuba aunque sus libros estén «prohibidos». Ana Mendoza