El poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), conocido como «el Príncipe de las Letras Castellanas y Padre del Modernismo», fue declarado hoy «prócer de la independencia cultural de la nación» por la Asamblea Nacional de Nicaragua.
Esa declaración, propuesta por el presidente del Parlamento, el sandinista René Núñez, fue aprobada por unanimidad a través de una reforma a la ley que protege y promueve las obras y bienes de Rubén Darío desde hace una década.
La diputada sandinista Alba Palacios explicó a Efe que esa declaración es en reconocimiento al legado del poeta y para buscar, además, fondos para proteger sus obras y bienes originales.
Félix Rubén García Sarmiento, «Rubén Darío», nació el 18 de enero de 1867 en el municipio rural de Metapa, hoy Ciudad Darío, en el norte de Nicaragua, y falleció el 6 de febrero de 1916, a los 49 años, en la ciudad colonial de León, 90 kilómetros al noroeste de Managua.
El gran innovador de la poesía en castellano del siglo XX, que murió víctima del alcohol, lideró muchos movimientos literarios en Argentina, Chile, España y Nicaragua, según el texto aprobado por los legisladores.
Según los expertos, Rubén Darío es considerado el padre del modernismo como movimiento literario en Iberoamérica, que se inició con dos obras suyas, «Azul» (1888) y «Prosas Profanas» (1896), y que concluyó con su muerte en 1916.
«Azul», una recopilación de poemas y prosas, fue escrita por Darío durante su estadía en Valparaíso, Chile, entre 1886 y 1888.
Su otra gran obra es «Cantos de vida y esperanza» (1905), que se convirtió en un texto clave del modernismo en lengua castellana y en referencia fundamental para la cultura del siglo XX.
Además de poeta, Rubén Darío trabajó escribiendo páginas de periódico sobre España, Francia e Italia; e intimó con grandes poetas españoles como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y Ramón María del Valle Inclán.