El cantante uruguayo Jorge Drexler aseguró hoy que nunca piensa en «mensajes» cuando escribe sus canciones, un concepto que reconoce «odiar», pues sus temas «no están para vender, ni para inculcar, ni enseñar nada, ni dar un consejo», sino que son solo «lo que escribe una persona que siente cosas».
En una entrevista con Efe durante el III Congreso Iberoamericano de Cultura, que se inauguró hoy en Medellín, Drexler explicó que sus canciones «son un fin en sí mismo», sin tener la intención de servir como «lanzadera» para enviar un mensaje al público.
«Odio el concepto de mensaje. De verdad lo odio, porque me parece como si alguien estuviera tratando de decir algo, pero metiéndote algo por debajo. No, yo hablo de lo que siento, yo no hago canciones con una especie de subfondo que hay que descifrar para saber cuál es el código político al que me estoy refiriendo».
Considerado sin embargo a menudo por el público como un poeta de la música cuyas letras siempre transmiten una idea, el artista uruguayo rehusó pensar que sus temas tengan una intencionalidad.
«Yo no escribo canciones pensando en transmitir una ideología -dijo-. Mi canción no es un excipiente, es un compuesto activo, no están ahí para llevar una cosa, son la cosa que llevan».
A su juicio, «no están ahí ni para vender, ni para inculcarte nada, ni enseñarte nada, ni darte un consejo. Son lo que escribe una persona que siente cosas y las pone ahí, y espera que otras personas se identifiquen con ella, y a veces tienes suerte y eso pasa».
Un momento en el que el artista «caza una emoción que anda volando, la pasa del papel a la guitarra, la edita en un formato inerte como un disco, lo suelta al viento y espera que otra persona lo agarre y devuelva la vida a esa emoción. Ese es el centro de mi trabajo y no ha cambiado desde la primera canción a la última».
Precisamente, es en ese instante, en el que el público conecta con esa sensación, cuando «el círculo se cierra y se completa mi trabajo».
«Es un momento maravilloso. Todo lo que hago tiene el destino final de producir emoción. Una canción es una espora, una emoción en estado latente que es despertada por quien lo escucha. (…) Es lo que me pasa con las canciones de otros. Esa emoción que genera la canción y que vuelve a ser despertada por el que escucha es la única finalidad a la que aspiro, no me interesa aleccionar», señaló.
Un amor desenfrenado por la música que para Drexler, confesó, es «independencia en el sentido que da alas, te enseña cosas sobre ti, te ayuda a vivir», pero también puede ser «adicción», como lo es para él escribir, «una cosa que no puedo evitar».
«Yo tomo la música con las dos caras de la moneda, con lo que cura y con lo que enferma, con lo que da de independencia y con lo que te da de músico dependiente».
En el mismo día en que dos maestros de las notas, el bandoneonista argentino Rodolfo Mederos y el cantautor cubano Silvio Rodríguez, lamentaron en una conferencia en el Congreso que la mercadotecnia y las modas están sepultando la música, Drexler rechazó pensar que este arte se encuentra en estado crítico.
A su entender, «la canción está en un momento buenísimo, soy muy optimista» y «no me da la impresión que esté muriéndose», opinó, y agregó que «nunca me he guiado por criterios de mercados y no los conozco, ya que no soy un experto en mercadotecnia, soy un músico».
«No pienso en el mercado cuando escribo canciones, ni tampoco en mensajes. Yo escribo lo que siento. A veces es muy fácil tirar la primera piedra, ¿pero quién no se ha visto beneficiado por alguna circunstancia política, económica o de mercado en un momento? todo el mundo, toda la música», sentenció.
Drexler participará esta noche en un concierto junto a Silvio Rodríguez y el argentino León Gieco, en el concierto que dará el pistoletazo de salida al Congreso, basado este año en la música.