Extrañó mucho entre los turoperadores y medios de prensa la ausencia de última hora de Cuba en la pasada Feria EUROAL

¿Por qué canceló Cuba su asistencia a la Feria Internacional de Turismo de Torremolinos?

Por aquellas fechas se esperaba la presencia de Hugo Chávez en la isla para operarse de un tumor maligno

¿Por qué canceló Cuba su asistencia a la Feria Internacional de Turismo de Torremolinos?
Cuba. EFE.

Aunque se barajaron muchas hipótesis, extrañó mucho en el mundo del turismo la ausencia de última hora de Cuba en la pasada edición de EUROAL celebrada del 2 al 4 del pasado mes de junio en Torremolinos

Aunque se barajaron muchas hipótesis, extrañó mucho en el mundo del turismo la ausencia de última hora de Cuba en la pasada edición de EUROAL celebrada del 2 al 4 del pasado mes de junio en el Palacio de Congresos de Torremolinos.

Tras finalizar la edición del año 2010, Cuba confirmó su participación en la edición de este año y sin apenas explicaciones, poco antes de empezar la misma, canceló su participación.

Como es sabido por todos, por ese entonces el gobierno cubano iba a tener a un visitante especial: Hugo Chávez, quien iba a tratarse en la isla sobre el cáncer no especificado que padece.

Evitar la fuga de información, tal como es costumbre del gobierno cubano, sería una de las causas que se rumoreaba entre agentes de turismo destacados en La Habana.

No obstante motivos políticos sin confirmar, Cuba ha sido uno d elos países pilares en el desarrollo de la Feria Internacional de Turismo de América Latina y Europa que anualmente se celebra desde el año 2006 en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Torremolinos, EUROAL.

Cuba y la incertidumbre venezolana

Una de los motivos de la ausencia cubana de EUROAL y de futuros eventos de turismo podría deberse al factor dinero. La dependencia casi total del gobienro cubano lo explicaría todo. El portal cubaencuentro describe así la situación económica de la isla:

«Las dudas sobre la fortaleza del chavismo existen en Cuba desde hace tiempo. Las historias de los expertos cubanos al regreso asombran por el nivel de desorden existente en Venezuela. El propio Gobierno cubano desde hace tiempo refleja sus preocupaciones sobre la permanencia de Chávez en el poder, al gestionar nuevos padrinos que apuntalen la cada vez más desvencijada economía de la Isla.

Así, se negocia con China, Rusia, Brasil, Angola y otras naciones en previsión de que pudiera caerse repentinamente la «colaboración» venezolana y renovarse con mucha más fuerza el Período Especial, comenzado con la desaparición de la Unión Soviética y otros regímenes «socialistas» de Europa del Este.

Todo parece indicar que las gestiones realizadas por el presidente Raúl Castro no han dado los resultados apetecidos, en un mundo donde los intereses económicos han desplazado a las relaciones basadas en concepciones políticas e ideológicas. Mucho más cuando Cuba se encuentra en un deplorable estado, su credibilidad económica es nula y, ahora, con la incertidumbre venezolana, la bancarrota flota en el ambiente».

Las consecuencias para Cuba por supuesto serían terribles. Hoy resuelve sus necesidades de combustible en más del 50 % con alrededor de 100.000 barriles de petróleo diarios que llegan de Venezuela, pagados en condiciones especiales, que incluyen créditos a 25 años con intereses insignificantes. A ello se agrega el financiamiento de importante obras como la modernización de la refinería de Cienfuegos, la construcción de una planta de ferroníquel en el norte de Holguín, proyecto abandonado por los chinos, y una larga lista de otros proyectos esenciales para el desarrollo de la economía.

Cuba reciproca con el envio de decenas de miles de especialistas, fundamentalmente de la salud, la educación y el deporte, al no tener prácticamente bienes que ofertar, lo cual parece representar una exportación de servicios cercana a los 6.000 millones de dólares anuales, cifra equivalente a la suma de los Ingresos Brutos totales logrados con la exportación de bienes, el turismo y la recepción de remesas, fundamentalmente procedentes de Estados Unidos.

Asimismo, eI Ingreso Neto obtenido por los servicios a Venezuela, con toda seguridad tiene un nivel de rentabilidad sustantivamente superior a los aportes de la exportación de bienes y el turismo, en gran parte por el alto grado de ineficiencia productiva existente y en la atención a los visitantes extranjeros.

En la actualidad la nación sudamericana es el primer socio en el comercio de bienes, en especial por el suministro de petróleo a Cuba. En 2009 el intercambio entre los dos países representó para La Mayor de las Antillas el 26,6 % de total de su comercio de mercancías, mientras importó de Venezuela el 29,2 % de todos los productos recibidos. El déficit cubano en el comercio de bienes con Caracas fue de 2,1 miles de millones de dólares en 2009, el 35 % de su saldo negativo global.

Estas cifras muestran que de terminar abruptamente la cooperación con Venezuela las consecuencias para Cuba serían desastrosas; peores que el impacto sufrido cuando se perdieron las subvenciones procedentes de la antigua URSS y otras naciones del este europeo. Algunos especialistas niegan que la incidencia en la sociedad cubana sea de tal magnitud. Señalan que el país está mejor preparado para recibir una eventualidad de ese tipo que al inicio de la década de 1990. Alegan que ahora existe una actividad turística sólida, llegan remesas, la extracción nacional de petróleo y gas satisface cerca del 50 % del consumo doméstico y la producción de níquel, aunque estancada, es algo más de 70.000 toneladas, manteniéndose como el único rubro exportable importante.

Aunque debido a la debacle originada por el fin de las subvenciones al inicio de los noventa, el régimen estuvo obligado a desarrollar el turismo, promover la llegada de las remesas y permitir la inversión extranjera en actividades estratégicas como el níquel y la extracción de petróleo y gas, lo cual posibilitó determinados avances productivos, no es menos cierto que el país después de más de veinte años permanece inmerso en el Periodo Especial.

En estas condiciones la pérdida de la «colaboración» venezolana tendría efectos desastrosos; sería una crisis sobre otra crisis, cuando todavía la economía no se ha recuperado y su dependencia del exterior ha crecido considerablemente, incluso, como han apuntado profesores de la Universidad de la Habana, a niveles superiores a los existentes con anterioridad a 1959″

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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