Uno de los primeros saludos de fue para los médicos que le salvaron la vida, los doctores Alfredo Ruiz y Juan Carlos Ramírez
Era una de las corridas más esperadas por los aficionados taurinos, la vuelta de José Tomás al ruedo de Aguascalientes, donde hace cinco años estuvo a punto de perder la vida, y el diestro estuvo a la altura, con tres orejas que lo hicieron salir de la plaza por la puerta grande.
Con una abarrotada plaza para 15.000 espectadores, el diestro de Galapagar (Madrid, España) se presentó con traje azul y oro para hacer olvidar aquel 24 de abril de 2010, cuando un toro de nombre Navegante casi le arranca la vida.
Una cornada de 15 centímetros en la pierna izquierda que le atravesó la vena femoral y la arteria ilíaca. Tras una hora y media de intervención, los doctores lograron estabilizarlo, anestesiarlo y trasladarlo al hospital Miguel Hidalgo, donde fue sometido a una operación.
SALUDO A LOS MÉDICOS
Por eso, uno de los primeros saludos de este domingo 3 de mayo de 2015 fue para los médicos que le salvaron la vida, los doctores Alfredo Ruiz y Juan Carlos Ramírez.
El festejo, parte de la Feria de San Marcos de esta ciudad del centro de México, había generado una gran expectación y en el ambiente se mascaba el ir y venir de los aficionados, con hoteles a su máxima capacidad y las entradas de todas las carreteras a la ciudad atascadas.
Con un lleno desbordante se lidiaron seis toros, tres de Fernando de la Mora, primero, cuarto y quinto; y otros tres de Los Encinos, segundo, cuarto y sexto. Bien presentados, dieron excelente juego.
La tarde se inició con un caluroso recibimiento a José Tomás y un arreglo floral en el centro del ruedo que decía: «Suerte matador, bienvenido a tu tierra». José Tomás ama a México, donde llegó en los años noventa, cuando en España no podía torear por su corta edad. En Aguascalientes, donde actualmente tiene una casa, recibió la alternativa como novillero en 1994 y su primera cornada.
LA FAENA
En un mano a mano con el mexicano Eulalio López «Zotoluco», toda la corrida ha sido interesante y Tomás ha logrado una cosecha de orejas, tres en total, aunque pudieron haberse cortado al menos tres trofeos más, Si el mexicano hubiera estado fino con la espada.
«Zotoluco», quien le brindó su actuación a José Tomás, realizó tres faena muy bien estructuradas, con reposo, torerismo y una buena dosis de entrega y de entendimiento. Al primero lo pinchó cuando tenía cerca las dos orejas. Saludo en el tercio, gran ovación.
También cuajó al tercero en el que hizo una faena que caló mucho, pero dos pinchazos y descabello lo dejaron sin trofeos. El quinto fue el menos bueno y el mexicano volvió a hacer gala de sus conocimientos, de su madurez y del buen momento que atraviesa, hasta este pinchó y solo se retiro entre aplausos.
José Tomás a su primero lo toreó bien, pero el toro llego brusco al final y lo mató de estocada trasera; una oreja con ciertas protestas. Al cuarto lo bordó, trasteo que llevó el sello del torero, con momentos estéticos y profundos sabor ante el delirio de la gente. Mató de estocada y le fueron otorgadas las dos orejas con vuelta entre aclamaciones.
En el sexto, Tomás volvió a mostrarse en gran plan y lo cuajó, lástima que lo pinchó una vez antes de una gran estocada. La oreja no le fue concedida, pero el torero salió a hombros por la puerta grande entre aclamaciones y recogiendo el cariño de un público para el cual es un ídolo.