El nacimiento tuvo lugar en el Acuario de Georgia, EEUU, y no fue tarea fácil.
Maris, la madre beluga de 20 años, tardó más de tres horas en traer al mundo a su ‘pequeñín’, que pesó 57 kilos y midió 150 centímetros.
Hasta 17 submarinistas se turnaron durante más de 1.000 horas para controlar todo el parto, y que el agua de la piscina se encontrara en todo momento cercana a los 16 grados.