Las historias que circulan alrededor de la conocida marca infantil son de todo menos adorables. El mito más relacionado con Hello Kitty es el que hace referencia a un posible pacto con el diablo por parte de la diseñadora Yuku Shimizu. ¿El motivo? Curar el cáncer de boca que padecía su hija.
Debido a la insistencia por erradicar la enfermedad terminal de su hija, Shimizu no encontró otra alternativa que pactar con el diablo. El precio a pagar era crear una marca infantil de reconocimiento mundial y así lo hizo.
En los años 70, Yuku Shimizu diseñó a Hello Kitty para la marca japonesa Sanrio. Desde entonces, ha sido su personaje estrella. Según la leyenda urbana, por cada producto de la entrañable gatita, el diablo recibiría una ofrenda involuntaria.
El hecho de que Kitty no tenga boca estaría relacionado con la propia enfermedad de la hija de la diseñadora. Sin embargo, en el 2008, la propia Shimizu explicó que Hello Kitty carecía de este rasgo facial porque quería que fuera un personaje inexpresivo.
De esta forma, las personas se identifican con ella dependiendo del estado de ánimo en el que se encuentren. ¿Será verdad?
IMPERIO EMPRESARIAL
Lo que sí es cierto es que la reconocida marca infantil tiene un imperio empresarial construido en torno a ropa, accesorios, peluches, juguetes sexuales, tarjetas de crédito e incluso aviones. A su vez, hay organizaciones sectarias y grupos de índole oscura que veneran a Kitty como si de un dios se tratara.
Es tal la devoción que inspira esta gatita que personalidades de todo el mundo han sido avistados con algún producto de Hello Kitty. La cantante Avril Lavigne, sin ir más lejos, le dedica una canción que titula con su nombre y cuyo estribillo es el siguiente: «Come come Kitty Kitty, you?re so pretty pretty. Don?t go Kitty Kitty, stay with me».