El título puede sonar a guasa, pero tanto la pregunta como la respuesta tienen un fundamento de peso: cuando ahora se cumple un año de la misión a bordo de la Estación Espacial Internacional, la NASA ha divulgado una serie de datos curiosos sobre la vida cotidiana de los tripulantes del laboratorio espacial. Por ejemplo, qué ocurre con sus residuos biológicos.
El astronauta estadounidense Scott Kelly
«producirá 81 kilogramos de heces que se quemarán en la atmósfera y lucirán como estrellas fugaces»,
señala la agencia espacial estadounidense.
Juntos el cosmonauta ruso Mijaíl Kornienko y Kelly, de 51 años, pasará 342 días a bordo de la EEI, el doble del tiempo de las misiones realizadas hasta ahora.
Pero, a diferencia de Kornienko, los efectos que sufra el organismo del estadounidense serán comparados con el de su hermano gemelo, en un intento por evaluar los riesgos de futuras expediciones humanas a Marte.
Entre otros datos de la misión, la NASA sostiene que su astronauta beberá 730 litros de orina y sudor reciclada, se ejercitará más de 700 horas para mantener sus músculos, huesos y corazón fuertes, correrá cerca de 1.000 kilómetros en una trotadora y verá 10.944 amaneceres y atardeceres en el año a bordo de la EEI, mientras que en la Tierra veremos apenas 684 ocasos y albas.