Les delataron sus huellas
Se las prometían muy felices, pero les echaron un jarro de agua fría encima que no se lo esperaban.
Tras ver cómo su cuidador se había dejado una puerta abierta, se lanzaron a la carrera rumbo a la salida, atravesando pasillos con la esperanza, quizás, de que tras ella estarían los hielos del Polo, aunque los cazaron por las huellas que dejaron a su paso.
Ocurrió en el zoo de Odense, en Dinamarca.
Los pingüinos fueron grabados en su loca carrera.