"HAY MÁS SIRIOS MURIENDO TODOS LOS DÍAS"

Saint Denis: el barrio de París en el que muchos justifican los ataques del ISIS

Un lugar multicultural, multiétnico con una población africana, argelina, india, china, turca y de muchos otros lados

Saint Denis: el barrio de París en el que muchos justifican los ataques del ISIS
Saint Denis es un barrio periférico, donde muchos de sus habitantes tienen estatus de "sin papeles" o sea, indocumentados BBC

El suburbio parisino de Saint Denis amaneció cerrado este miércoles. Una redada policial como parte de un operativo contra los sospechosos de los ataques en París el viernes pasado puso en relieve a este barrio periférico de de la capital francesa en el marco del debate sobre la radicalización en el país.

Mientras los parisinos regresan tímidamente a los cafés, restaurantes y teatros, el ambiente entre los jóvenes de este barrio -a menos de 30 minutos por tren del centro de la capital- está muy lejos del dinámico estilo de vida que caracteriza a los distritos centrales.

 

Alrededor de la Place de la Republique, en el centro de París, en las calles alejadas de los ataques mortales, la conversación es de solidaridad. Pero, en Saint Denis, es diferente.

«Seguro, solidaridad… pero, ¿no crees que están exagerando lo de los ataques en París cuando hay más sirios muriendo todos los días?».

Eso fue lo que escuché en Saint Denis, un lugar multicultural, multiétnico con una población africana, argelina, india, china, turca y de muchos otros lados.

Muchos aquí son indocumentados y no tienen permiso legal ni identificación que les permita trabajar.

El crimen pulula, con altas tasas de robo, delitos relacionados a las drogas y asesinato.

Kebabs sobre ruedas

Lo primero que se hace evidente cuando se sale de la estación son los carritos de supermercado con una improvisada parrilla acoplada encima.

Principalmente operados por los franceses de origen africano, estos son expendios móviles de kebab, la tradicional comida de Oriente Medio. Están sobre ruedas porque, supuestamente, facilitan escapar a la policía más rápido: son ilegales.

En la zona también se ve una variedad de restaurantes, carnicerías halal (o carne permitida en la religión musulmana) y postres del Magreb.

Las tiendas chinas venden todo tipo de artefactos, mientras las boutiques despliegan brillantes vestidos bordados con lentejuelas y encaje en vitrinas a lo largo de la avenida principal, la rue de la Republique. 

«Nada que hacer»

Celine Inerrakene y su amiga Lema Cau, tienen ambas 17 años, y son parte de la generación «banlieue» (como se denomina en francés un barrio periférico).

Cuando les pregunto sobre los ataque en París, Celine responsabiliza la política del gobierno francés.

«Creo que se va a dar una Tercera Guerra Mundial. Pero Francia se la buscó por su intervención en Siria»,

dice.

«Los ataques en París duraron tres horas, pero esto sucede todos los días en Siria. Y los palestinos también han estado muriendo».

 

«Una cuarta parte de París dice: ‘Recen por los franceses, recen por París’, pero no lo hacen por los palestinos», señala.

«Han estado instando a la solidaridad con los palestinos durante algún tiempo pero sólo lo hicieron por estar a la moda».

Atek Riles, de 19 años, trabaja en una carnicería halal y tiene un argumento similar.

Nacido en Saint Denis, casi nunca sale del área y no tiene mucha empatía por lo que sucedió en París.

«Si miras más de cerca a Siria, ya hay casi 250.000 muertos allí. Eso es como 160 al día. Así que no me conmocionan estos ataques de París. Son importantes, por supuesto, pero no hay nada que podamos hacer».

Aunque este barrio se ha visto envuelto en la violencia, Atek cree que no todos los que se crecen en Saint Denis corren el riesgo de ser adoctrinados por islamistas.

«Los que se radicalizan son mentalmente débiles. Yo solía molestarme con lo que la gente decía sobre los banlieues pero, ahora, ni me importa. Ellos tienen sus vidas, nosotros las nuestras».

Lavado de cerebro

Los residentes aquí se sienten separados del resto de París. Con frecuencia escucho declaraciones como «ellos y nosotros».

Esa separación del resto de la sociedad francesa la resalta Nilgul, una mujer de 29 años, de etnia turca, nacida en Saint Denis.

Mucho del resentimiento aquí se remonta a la guerra de Francia en Argelia, de 1954-62, en la que por lo menos 60.000 civiles argelinos murieron, señala.

«Su problema no es París. La razón por la cual se radicalizan podría ser el deseo de tomar venganza a nombre de sus padres», cree.

«Pero también son débiles mentalmente. Su debilidad está siendo explotada en nombre del islam. Les están lavando el cerebro».

Abdullah, que nació en Turquía, me muestra los huecos de bala en su tienda, que recibió los impactos el mes pasado cuando un hombre armado perseguía a otro.

«Virtualmente no pasa un día sin algún incidente», dice.

«Este es el lugar más peligroso de París», comenta una mujer marroquí que trabaja como traductora del árabe en la comisaría local.

Cuando me dirijo de vuelta a la estación, los kebabs ambulantes ya no se ven por ningún lado. En el sitio donde estaban hay tres policías.

Les pregunto que resuman en unas palabras Saint Denis.

«Podrido», dice uno. De pronto, tal vez arrepentido de la palabra que escogió, añade: «Difícil, diría yo. En una palabra, este es un sitio difícil».

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