El animal aúlla durante los primeros segundos con el rabo entre las patas en señal de miedo, desacostumbrado a las muestras de afecto.
Sin embargo, a medida que la mujer insiste en acariciarle, logra ir mitigando su temor hasta que gimotea y, finalmente, deja que le mimen sin protesta pegado a las rodillas de la cuidadora, a pesar de que el miedo persiste –mantiene el rabo entre las patas traseras.
El vídeo, subido a ‘YouTube’, supera los 2 millones de visualizaciones hasta la fecha y acumula cerca de 200 comentarios de usuarios de todo el mundo.