Si está pensando serle infiel a su pareja en la cama que comparten, mejor que se asegure primero de que el colchón no sea un soplón.
Y es que a una empresa española, dedicada a la fabricación de artículos para el descanso, se le ocurrió la curiosa idea de crear el primer colchón inteligente del mundo: y de paso, es capaz de detectar la infidelidad.
Aunque por fuera tiene la aparicencia de un colchón corriente, Smarttress tiene dentro una tecnología llamada Lover Detection System, la cual está compuesta por 24 sensores ultrasónicos capaces de captar movimiento sospechoso en la cama y de informar a la persona engañada a través de una aplicación móvil.
Y ¿de dónde surgió la idea?
«Viendo los últimos estudios sobre infidelidad en España, que dicen que los españoles son los europeos más infieles, siendo el lugar preferido para hacer el amor la propia casa, se nos ocurrió lo que podía dar tranquilidad a hombres y mujeres no sólo durante la noche, en las horas de descanso, sino también durante el día, cuando se ausentan del domicilio para ir al trabajo», declaró José Antonio Muíño, portavoz de Durmet durante el evento de presentación.
Funcionamiento
Los componentes electrónicos están camufaldos con un recubrimiento protector dentro de unos muelles cónicos para hacerlos completamente secretos entre una de las cuatro capas viscolásticas que forman su interior.
Básicamente, cuando el colchón detecta una actividad sospechosa, los sistemas de comunicación empiezan a enviar la información a un servidor que la procesa. Y envía una notificación al dispositivo con el que está vinculado con información sobre el momento de uso, la frecuencia, intensidad o velocidad habitual.
Además de lo anterior, «el software es capaz de conocer la posición en tiempo real de cada sensor y así mostrar un mapa 3D del colchón para conocer exactamente qué zona del Smarttress está recibiendo mayor presión», explicó su creador, el ingeniero, Iván Miranda.
Y, ¿cómo sabemos que el causante de la actividad no es un niño saltando en la cama de sus padres?
La compañía asegura una fiabilidad del 100% en sus mediciones porque las presiones ejercidas por un niño jugando a dar saltos y las del acto sexual no son las mismas para los detectores más sensibles.
El colchón viene en diferentes tamaños.
El más barato, de US$1.750, mide 135×190 centímetros, mientras el más caro, de US$2.300 dólares, tiene medidas de 150×200 centímetros. Por ahora, sólo está disponible bajo pedido en el sitio oficial de Smarttress.