La basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén alberga, según la tradición cristiana, la tumba de Jesuscristo, un santuario milagroso que, según la biblia, albergó el cuerpo de Jesús durante tres días, tiempo al cabo del cual éste resucitó.
Según recoge ‘Mirror‘, la tumba fue sellada con marmol en el siglo XVI para protegerla de los peregrinos y evitar el robo de piezas para su uso como requilias sagradas.
Ahora, esta pieza de mármol ha sido retirada por primera vez en quinientos años y ha revelado un sorprendente descubrimiento.
Oculta durante medio milenio, una plataforma de piedra caliza, donde se supone que estuvo el cuerpo de Jesucristo, se ha dejado ver por primera vez. Sin embargo, lo más sorprendente para los arqueólogos ha sido el descubrimiento de una segunda losa de mármol, cuya existencia no figuraba anteriormente, con una cruz esculpida.
Según el arqueólogo Fredrik Hiebert, esta pieza era gris y justo en el centro «estaba una bella cruz esculpida. No teníamos ni idea de que estaba ahí».