Según los científicos, se trata de la primera detección de sistemas climáticos en un gigante gaseoso ubicado fuera del Sistema Solar

Descubren un extraño planeta gigante donde llueven rubíes y zafiros

Se encuentra a una distancia de alrededor de mil años luz de la Tierra

Descubren un extraño planeta gigante donde llueven rubíes y zafiros
El exoplaneta HAT-P-7b PD

Los astrónomos han descubierto en el exoplaneta HAT-P-7b nubes que pueden estar compuestas por corindón, mineral que forma los rubíes y los zafiros, según un estudio publicado en la revista ‘Nature Astronomy‘.

Según el portal Phys.org, HAT-P-7b fue descubierto en 2008. El gigante gaseoso se encuentra a una distancia de alrededor de mil años luz de la Tierra. Es un 40% mayor que Júpiter y orbita una estrella más caliente que el Sol.

Asimismo, es conocido por sus extremas temperaturas: el lado del exoplaneta que siempre se enfrenta al astro presenta temperaturas que superan los 2.500 grados Celsius, mientras que en su lado nocturno las temperaturas alcanzan los 1.300 grados.

Ahora, tras monitorear la luz que se refleja en la atmósfera de HAT-P-7b e identificar los cambios que se producen en la misma, un equipo de científicos ha descubierto que el lejano exoplaneta experimenta masivos cambios en los vientos, lo que puede dar lugar a catastróficas tormentas.

«Utilizando el Kepler de la NASA estudiamos la luz reflejada de la atmósfera de HAT-P-7b, y encontramos que estaba experimentando cambios. Creemos que las nubes se forman en la parte fría nocturna del planeta y se evaporan rápidamente en el lado caliente de día», explica el doctor David Armstrong del Warwick’s Astrophysics Group (Reino Unido).

Según el especialista, los fuertes vientos que circulan por el planeta transportan las nubes desde el lado nocturno al diurno. «Los vientos cambian drásticamente de velocidad, debido a lo cual se acumulan y luego se desvanecen grandes formaciones nubosas. Es la primera detección del tiempo en un gigante gaseoso ubicado fuera del sistema solar», constata.

Los autores de estudio creen que las nubes están hechas de corindón. Si las formaciones se mantienen en el lado nocturno del exoplaneta, donde el compuesto puede existir en forma líquida, este puede saturar la atmósfera inferior con gotas de ‘rubíes’ y ‘zafiros’.

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