Hay gente para todo. Los hay que deciden preservar el reloj o un colgante de un ser querido a modo de recordatorio de alguien que ha pasado a mejor vida.
Otros eligen atesorar una prenda insignia del fallecido o simplemente un objeto que solía ser usado en el día y día y que representa a aquellos que, lamentablemente y por distintos motivos, ya no se encuentran entre nosotros.
Pero la decisión tomada por una viuda de la ciudad canadiense de Saskatoon se ha vuelto noticia alrededor del mundo por lo singular de su naturaleza.
Según se compartió, Cheryl Wenzel pagó más de USD 70.000 a una firma basada en Ohio, EEUU, para preservar los elaborados tatuajes que su difunto esposo lucía en su pecho, espalda, brazos y piernas.
El proceso llevado adelante por «Save My Ink Forever», lo que significa en español algo así como «salva mi tinta por siempre» resulta, cuando menos, no apto para personas impresionables.
Es que para poder atesorar los diseños grabados en la piel, esta debe ser extraída del cuerpo como si se tratara de un animal despellejado.
Los trozos de dermis luego son sometidos a un tratamiento que permite su enmarcado y preservación. Eso sí, los secretos detrás del método que suele demorarse unos tres meses en promedio, no han sido compartidos por obvios motivos.
«Solía decirme que los tatuajes se llevan con uno hasta la muerte» explicó la viuda del hombre que trabajaba como tatuador profesional y que falleció el pasado 29 de octubre a los 41 años de una colitis ulcerativa.
«Creo que realmente lo llevó a otro nivel».
«Sabía que se iba a morir» dijo la viuda en diálogo con la cadena CTV de Saskatoon.
Fue en ese momento cuando Chris se enteró de la existencia de una compañía norteamericana que se dedica a preservar los tatuajes.
«Los tatuajes cuentan la historia de quien los lleva».
Eso aseguró Kyle Sherwood, quien comenzó el curioso emprendimiento junto a su padre.
«El hecho de que alguien decida tatuarse de por vida significa algo para ellos. No quemarías o enterrarías a un Picasso, eso es lo que son algunas de estas piezas».
El trabajo de preservación que se hará sobre Wenzel promete ser el más importante de su tipo realizado en Norteamérica, dado que el fallecido tenía prácticamente todo su cuerpo cubierto en tatuajes.
Los mismos serán exhibidos en una exposición la próxima primavera boreal y todavía resta por definirse donde serán expuestos de forma definitiva una vez terminada la muestra.
Su esposa, quien lleva en su cuerpo grabados realizados por su marido, dice que se someterá a un tratamiento similar cuando le llegue su hora.
«Sé que algún día estaré colgada junto a mi marido»
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