Gabriel García Márquez tuvo un primer amor en la infancia: Rosa Fergusson, la mujer que sembró en él la primera semilla de su pasión por la literatura y lo inspiró a escribir a través de los relatos que le narraba. (Las diez joyas halladas en el archivo digitalizado de Gabriel García Márquez)
Fergusson fue su maestra de primaria en el Colegio María Montessori, de Aracataca, Colombia. Allí donde el escritor fue criado por sus abuelos, doña Tranquilina Iguarán y el coronel Nicolás Márquez.
A ella, precisamente, le dedicó el Premio Nobel de Literatura. Lo dijo en una conferencia de prensa en Estocolmo, Suecia en 1982: «Dedico este premio a mi primera maestra del colegio Montessori de Aracataca, que a los 5 años me enseñó a amar la literatura». (Los agentes del FBI espiaron a Gabriel García Márquez durante 24 años)
Esta «historia de amor» de García Márquez tendrá su versión cinematográfica el próximo año, a partir de la novela La maestra y el Nobel, de la periodista colombiana Beatriz Parga, quien escribió el libro en 2009 inspirada precisamente en la profesora de colegio que marcó de manera definitiva la vida del escritor.
«Es el relato de dos almas que se aman por toda la vida», dijo el productor danés Niels Juul, al confirmar el arranque de las grabaciones en 2019 con locaciones en Colombia, México y Suecia.
El productor -reconocido en Hollywood por películas como Silence (2016) y The Irishman (2019), ambas de Martin Scorsese- busca todavía socios que lo ayuden a financiar el proyecto, que tendría un costo de entre 15 y 20 millones de dólares.
«Estoy buscando socios financieros para que sea una producción de Colombia, México y Estados Unidos«, dijo Juul en entrevista con la agencia mexicana de noticias Notimex y luego de anunciar que viajará a México con ese propósito.
Juul confía en el éxito de la película, pues García Márquez es el segundo escritor más leído en un mercado potencial como China, por ejemplo, donde hay compañías interesadas en distribuir la cinta, así como en India y Europa.
Hay que decir, sin embargo, que ya hubo un fallido intento por filmar esta historia en 2012, en Colombia, también a partir del libro de Parga.
Rosa Helena, la bella
Rosa Fergusson era hija de un británico y una colombiana y siempre manifestó su orgullo por haber sido profesora de García Márquez. Según sus familiares, nunca dejó de leer sus libros y conservaba toda la colección en su casa, con los párrafos marcados donde aparecía su nombre o había referencias de ella.
De ella, todos los libros que abordan la vida del escritor la describen como una «bella» mujer, que se hizo maestra cuando apenas tenía 16 años. Entonces quería viajar a Bogotá, capital de Colombia, o a Barcelona, España, para aprovechar una beca de especialización que le había otorgado el gobierno de su país.
Como la madre se opuso, la maestra recibió dinero de sus padres para abrir una escuela y dirigirla. Así nació el Instituto Montessori de Aracataca, donde conoció en 1933 a aquel niño que llamaban Gabito.
García Márquez era entonces un niño introvertido, callado, aplicado y se sonrojaba cuando la maestra se acercaba a él, contó Fergusson al diario colombiano El Tiempo.
ntonces la maestra estaba lejos de imaginar que aquel niño, al pasar de los años, se convertiría en una celebridad de las letras, pero ya intuía que su alumno tendría muchas satisfacciones gracias a su prodigiosa memoria.
«Era el único capaz de repetir una historia casi textualmente después de que yo se la leía«, recordaba la maestra en aquella entrevista que concedió al cumplir 60 años y recibir un homenaje en Aracataca.
Poco se sabía de ella fuera de Colombia, hasta que la periodista Beatriz Parga la entrevistó a petición del propio Gabo.
«Me inculcó el gusto de ir a la escuela, sólo por verla», dijo el Nobel de su maestra, según la biografía que Gerald Martin escribió sobre el escritor y que lleva por título Gabriel García Márquez: una vida.
«Era guapa, todos los hombres estaban detrás de ella. Gabo vivía fascinado con ella. Siempre fue mal estudiante, excepto cuando estuvo con ella. Todo el universo se concentraba en ese salón de clases», relató Parga al diario La Jornada, a propósito de la presentación de su libro en México, en 2015.
Parga relató entonces que Rosa Fergusson fue la primera mujer por la que Gabo sintió fascinación. «Le decía a su abuela: ‘ay mamá, es que no sé qué pasa cuando veo a mi maestra que quiero como besarla’. La abuela reía y cuando se lo contaron a Rosa se indignó, porque decía que un niño no debía hablar así, que no estaba bien, pues era su maestra», recordó la escritora y periodista.
Aquel amor platónico del niño Gabito murió en noviembre de 2005, a los 96 años, y ahora revivirá en la historia que en 2019 filmará Niels Juul para conocer a la mujer que esculpió en García Márquez el amor por la literatura. Nada menos.