La vida de seis actores semidesconocidos en Estados Unidos cambió de manera radical el 22 de septiembre de 1994. Ese día se estrenó la serie Friends, que daría fama mundial a Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, David Schwimmer, Matt LeBlanc y Matthew Perry.
En un par de años los actores eran estrellas internacionales, pero como siempre ocurre con la fama y sus claroscuros, tener dinero y éxito no fue para todos sinónimo de felicidad.
La mítica serie terminó hace ya 15 años, pero sus seguidores siguen anhelando un reencuentro que parece imposible.
Jennifer Aniston recordó hace unos días con nostalgia sus tiempos en Friends.
«Extraño mucho de esa época. Tener un trabajo que era una pura y absoluta alegría. Extraño estar con personas que amo fuertemente y respeto más allá de las palabras, así que sí, estoy súper nostálgica de esos días».
Y no es para menos, hacia el final de la serie cada uno de sus integrantes obtenía un millón de dólares por episodio. Fue durante la emisión de Friends que Aniston saltó al olimpo de las superestrellas, se convirtió en una de las mujeres más deseadas y admiradas (incluido su corte de cabello, que era solicitado en las peluquerías como el estilo «Rachel» -el nombre de su personaje-) y además se casó con Brad Pitt.
A 25 años del estreno de la serie, que por cierto regresará a los cines de Estados Unidos a través de una selección de episodios con contenido inédito, Aniston puede decir que es una de las que salió mejor librada del lado «oscuro» de la fama.
Si bien es cierto que poco después del final de Friends también terminó su matrimonio con Brad Pitt en medio de un escándalo de infidelidad que involucró a Angelina Jolie, justo ahora- a los 50 años-, parece que Jennifer se encuentra en su mejor época: en plena forma física y con estabilidad emocional.
No puede decirse lo mismo de otros integrantes de la serie, para quienes la vida no fue sencilla ni en la época de plena euforia por Friends ni al terminar la producción.
Hace unos días se supo que Matthew Perry, quien interpretó a «Chandler», lleva una vida solitaria, recluido en la habitación de un hotel a donde fue a parar después de tener problemas de salud.
En 2018 estuvo hospitalizado por una «perforación gastrointestinal». Tras ser dado de alta terminó en un hotel del que sólo sale cuando tiene alguna cita médica.
«Casi nadie lo reconoce porque es un desastre comparado con lo que la gente recuerda. Se mantiene reservado y difícilmente deja su habitación hasta después del anochecer, excepto por un cigarrillo o una cita en el hospital», declaró una persona al sitio Radar Online.
Los problemas en la vida de Perry no son nuevos. El actor ha estado tres veces en rehabilitación y en una entrevista hace años dijo abiertamente «todo el mundo sabe que tengo un historial de alcoholismo».
A Perry le resultó complicado lidiar con la popularidad. «Durante unos ocho meses estuve encantado de ser famoso. Hasta que me di cuenta de que la fama no iba a arreglar las cosas que no funcionaban. Creía que la popularidad me haría feliz, pero no fue así. Y me llevé una profunda decepción«, reveló el hombre que llegó a consumir un litro de vodka y unas 30 pastillas de Vicodin al día.
El caso de Courteney Cox fue diferente. La actriz se sometió a tratamientos estéticos que terminaron por transformar su rostro en medio de la presión que sentía por no envejecer.
«Crecí pensando que la apariencia era lo más importante, y eso es un poco triste, porque me metí en problemas», confesó hace tiempo la actriz, quien el pasado junio cumplió 55 años.
La actriz cedió al botox y los rellenos, pero esto no le dejó las fama que ella esperaba, con el paso del tiempo ocupaba espacio en la prensa, pero no por su trabajo, sino por su aspecto.
Courtney no era ajena a los comentarios a su alrededor, pero fue hasta que se dio cuenta de lo distinta que lucía que decidió parar.
«En ocasiones tratas de luchar contra el paso del tiempo y perseguir la juventud. Lo intentas, pero un día ves una foto tuya y piensas ‘Oh, Dios, estoy horrible’. He hecho cosas de las que me arrepiento y, afortunadamente, otras que se disuelven y se van. Es bueno porque este no ha sido mi mejor aspecto», reconoció.
Lisa Kudrow se mantiene activa en el cine y la tv de Estados Unidos, pues no sólo participa como actriz en producciones, sino que además pone su voz a algunos personajes de series animadas, pero su época en Friends también resultó complicada.
Kudrow, quien dio vida a «Phoebe», confesó que se sentía como una «montaña de mujer» al lado de Courteney Cox y Jennifer Aniston. Esa sensación la llevó a tener trastornos alimenticios para estar delgada.
«Lamentablemente, cuando eres mujer y te ves delgada. Todos te dirán que luces bien«, dijo Lisa en una entrevista con Marc Maron.
«Cuando estaba muy flaca, me sentía enferma todo el tiempo, resfriada, con sinusitis, con gripe. Por aquel entonces cuando me veía en televisión siempre me sentía enorme. Me veía en la televisión y sentía que era como una ‘montaña de mujer’. Era mucho más grande que Courteney y Jennifer«, confesó.
Y aunque han pasado 15 años desde que se terminó la era Friends, Lisa sigue sintiendo inseguridad respecto de su figura. «Lucho todo el tiempo. He llegado a sentir que los demás no merecen verme (por su ‘exceso’ de peso). El pesar más no debería ser visto como algo malo».
Lisa -quien tiene 56 años- un día simplemente dejó de luchar contra su peso y se dio cuenta de lo bueno que era crecer. «¿Qué importaba que estuviera más envejecida? Hacerse mayor es maravilloso ¿Por qué tenemos que convertirlo en algo horrible?».
David Schwimmer, quien interpretó a «Ross», tampoco puede hablar sólo del lado amable de la fama. El actor llegó a declarar que terminó detestando la serie y en esa época lo único que hacía era tratar de esconderse.
Para el actor, quien cumplirá 53 años el próximo noviembre, la fama era «bastante discordante y estropeó mis relaciones con otras personas durante años hasta que logré ajustarme y sentirme cómodo con ello«, según explicó a The Hollywood Reporter.
Como ocurrió con sus compañeros, la fama le llegó de golpe. Pasó de ser un actor veinteañero un tanto «frustrado y desanimado» a tratar de ocultarse en público.
«Como actor, la forma en que fui entrenado, mi trabajo consistía en observar la vida y a otras personas, así que solía andar por ahí con la cabeza descubierta, observando, mirando a la gente. El efecto de la celebridad fue todo lo contrario: hizo que me quisiera esconder debajo de una gorra de béisbol y no ser visto. Me di cuenta después de un tiempo que ya no miraba a la gente, que trataba de esconderme».
Tampoco le resultó fácil ser encasillado en el papel de «Ross» no sólo por la gente, sino por los productores en Hollywood.
Sin embargo, David ha trabajado para sobrevivir en el medio y en 2016 obtuvo muy buenas críticas cuando interpretó al abogado Robert Kardashian en American Crime Story.
Para Matt LeBlanc, el intérprete de «Joey», el final de la serie estuvo a punto de llevarlo a una depresión nerviosa.
Y es que apenas terminaba Friends cuando Matt estaba ya metido en otro proyecto, un spin-off que seguiría los pasos de Joey, pero como confesó en una entrevista con Mirror, lo último que necesitaba era estar delante de las cámaras otra vez. El proyecto no funcionó como él esperaba y decidió darse una pausa de cuatro años.
«Durante años y años apenas salí de la casa. Estaba quemado. No quería tener una agenda, no quería estar en ningún sitio. Mi agente estaba decepcionado. La mayoría de los actores llaman a sus agentes y dicen: ‘¿Qué hay de nuevo?’. Yo llamé al mío y le dije: ‘Por favor, pierde mi número durante algunos años’. Fue una época oscura. Casi tuve una depresión nerviosa».
El actor también ha tenido que lidiar con el hecho de que su verdadero carácter no es como el de «Joey».
«La televisión tiene esta cosa extraña. Ves a un personaje en multitud de situaciones por tantos años y no puedes evitar creer que así es la persona… la gente me pregunta si estoy bien porque soy mucho más discreto y reservado que mi personaje en Friends. Creen que estoy deprimido o triste o enojado, pero simplemente no tengo ganas de salir frente a una audiencia y hacer un programa de televisión. Ese no es quien soy», explicó en una entrevista con The Guardian.
Muy lejos está ya la época oscura de LeBlanc, quien está activo ahora con la serie Man with a plan.