La artista de animación María Perego murió a los 95 años en su casa de Milán, Italia, por una afección cardíaca. Y con ella se va uno de los títeres más famosos y entrañables: el Topo Gigio. «Topo Gigio parecía quitarle la vida de las manos, y así ella viajó a países de todo el mundo. Era una trabajadora incansable y trabajó en nuevos proyectos hasta el final, el último de los cuales es la nueva serie de dibujos animados de Topo Gigio que pronto será transmitida por Rai Yoyo”, declaró Alessandro Rossi, administrador de Topo Gigio Srl.
Nacida en Venecia el 8 de diciembre de 1923, Perego fue una verdadera precursora de la pantalla chica. Luego de trabajar en el teatro de marionetas, en los 50 se animó a emplear títeres en lugar de dibujos animados. Luego de introducir el personaje Picchio Cannocchiale, para el cual se basó en el clásico Pájaro Loco, en 1958 presentó el Topo Gigio, para quien habría tomado inspiración de Mickey Mouse. Su creación fue compartida con su marido, el también veneciano Federico Caldura.
Dos años después el Topo Gigio (cuya traducción del italiano sería Ratón Luis, ya que Gigio deriva de Luigi) se convirtió en todo un fenómeno -que atrapaba a chicos y adultos por igual- cuando Perego consiguió que el simpático ratón se desplazara. Lo hizo con animadores vestidos de negro que, amparados por un fondo oscuro, escondían sus movimientos, otorgándole al muñeco de gomaespuma un gran realismo en la expresión de sus emociones, con la caída de sus ojos, por ejemplo. En palabras de su creadora, de acuerdo a una entrevista que en las últimas semanas había concedido a la Rai, “Topo Gigio es un personaje ingenuo que, con optimismo, intenta justificarse, inventar, entrar y conducir a la fantasía y el absurdo”.
Rápidamente el fenómeno de la televisión italiana -salía al aire en el prime time, llegando a ser invitado por las grandes estrellas del momento, como Raffaella Carrá– cruzó las fronteras: desde el resto de Europa a los Estados Unidos y Japón, y también a toda América Latina.