El piloto de los Medias Blancas de Chicago, el venezolano Ozzie Guillén, negó que haya estado cerca de intercambiar golpes con el gerente general del equipo, Kenny Williams, como se dijo que había sucedido el miércoles después del juego que tuvo su equipo contra los Tigres de Detroit.
Guillén declaró que «no estoy en buena condición para pelear», dijo el piloto, quien agregó que «la última vez que peleé fue cuando tenía 10 años de edad».
Subrayó que «antes que nada, yo no peleo. Soy de las personas que no creen que los problemas se resuelvan peleando. El y yo sólo hablamos de la situación, y fue todo».
El piloto de los Medias Blancas dio por terminados así los rumores publicados en un medio de comunicación, que decía que ambos habían protagonizado una fuerte discusión que casi concluía en golpes.
Se dijo que la molestia de Williams fue porque escuchó a Guillén decir que los Medias Blancas no debieron «draftear» al hijo del piloto, Ozney, en la vigésima segunda ronda del draft del béisbol amateur.
Guillén dijo que él habría pagado 50.000 dólares a su hijo por no firmar el «draft», para de esa manera asegurar que continuaría sus estudios.
Pero el piloto admitió que la relación con Williams no ha sido buena, aunque agregó que las líneas de comunicación permanecen abiertas para dialogar sobre el equipo.
«Este año han pasado muchas cosas desde los entrenamientos de primavera, pero nunca he dicho que los Medias Blancas provocaron mi enojo por haber «drafteado» a Ozney. Lo que dije fue que el béisbol nos molestaba. En nuestra familia tenemos acuerdos, y uno de ellos fue con Ozney, al decirle que si no iba al «draft» en la sexta ronda, entonces tendría que ir a la Universidad».
Cuando al piloto se le preguntó si consideraba que su empleo no estaba seguro, dijo que él siempre está preparado si es que lo despiden, pero que espera seguir dirigiendo a los Medias Blancas durante muchos años más.