Messi, se va por la puerta de atrás. Maradona, de héroe en el 86, hoy pasa a ser el gran culpable de una paliza que nunca debió ser. Para el futuro, menos experimentos y más sensatez
Con un Messi «desaparecido en combate» Argentina se llevó una goleada de escándalo. Cuatro a cero. El pulpo «Paul» se quedó corto en su profecía. El cefalópodo días previos al encuentro Alemania-Argentina pronosticó el triunfo teutón. Nadie imaginó tras el peculiar vaticinio que la derrota iba a ser dolorosa para una Argentina que de la mano de un Messi, número uno del mundo, llegó al mundial de sudáfrica con todas las papeletas para campeonar.
O quizá éso es lo que esperaban todos en Argentina. Hoy la albilceleste estuvo desteñida, desaparecida. Alemania de la mano de un Müller en estado de gracia, les pasó por encima. Les sacó los colores.
Argentina no tuvo equipo. Menos un entrenador. Maradona como jugador fue el más grande de todos los tiempos, con permiso de Pelé y Di stefano. Pero de entrenador, no vale ni para tercera regional. Así las cosas.
Los hombres de Joachin Low, fueron un equipo compacto, bien posicionado, con recursos. Muy superiores en el campo. Y por eso llegaron los cuatro goles. Pudieron ser más.
Messi, se va por la puerta de atrás. Maradona, de héroe en el 86, hoy pasa a ser el gran culpable de una paliza que nunca debió ser. Para el futuro, menos experimentos y más sensatez.