El fútbol femenino en Afganistán se había convertido en un símbolo internacional de una nueva era de libertades para las mujeres tras de la caída del Talibán en 2001. Una imagen que podría caerse en pedazos tras las confesiones de la capitana del equipo, quien ha desvelado la existencia de violencia sexual y amenazas de muerte. (Arrestado por acoso sexual y ‘fulminado’ el director general de Urbanismo de la Junta de Andalucía)
El Comité Olímpico afgano también destapó la verdad sobre lo que parecía un triunfo social y deportivo: admitió que algunas futbolistas -quienes habían logrado practicar el deporte pese a las restricciones en el país- fueron víctimas de abuso sexual.
Y no solo en el campo de fútbol. Según el comité, el problema se extiende a otras disciplinas. Muchas de las atletas están asustadas para hablar públicamente sobre los supuestos abusos perpetrados por entrenadores y directivos.
Pero algunas revelaron lo que ocurrió de forma anónima en diálogo con la BBC. (Catherine Zeta-Jones rompió el silencio sobre las acusaciones por acoso sexual contra Michael Douglas)
Abuso sexual
El escándalo explotó en los últimos días. La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) dijo que estaba investigando la denuncia de varias mujeres de la selección femenina de Afganistán. la vez, el fiscal general de Afganistán anunció su propia investigación.
El presidente del país, Ashraf Ghani, reconoció la gravedad de las denuncias y dijo que «iban a escandalizar a todos los afganos».
«Si estos alegatos provocan que nuestra gente deje de enviar a sus hijos a hacer deporte, necesitamos actuar inmediatamente y de manera exhaustiva«, dijo.
Hummel, la empresa de ropa deportiva danesa, retiró su patrocinio a la Asociación de Fútbol Afgano (AFF) que se encuentra en el centro de las denuncias.
Por su parte, el secretario general de la AFF, Sayed Alireza Aqazada, negó las acusaciones contra el presidente de la entidad, Keramuddin Karim, y aseguró que las denuncias de las mujeres no son ciertas ni se ha cometido ningún tipo de abuso.
Pero sus declaraciones no ayudaron a apagar el debate. El parlamento afgano citó a varios dirigentes deportivos como Hafizullah Rahimi, quien está al frente del Comité Olímpico de Afganistán.
«Tristemente, estas preocupaciones nos han llegado. El abuso sexual existe, no únicamente en la Federación de Fútbol sino en otras federaciones deportivas. Y tenemos que luchar contra eso», dijo a los medios en Kabul.
Las medidas
Ese fue el primer reconocimiento formal, después de varios meses de continuas denuncias por parte de exintegrantes de la selección nacional de fútbol, que hablan de constantes abusos por parte de los entrenadores y otros hombres en posiciones de poder.
Muchas de las denuncias han sido hechas por Kahlida Popal, excapitana de la selección, quien también ejerció como directora del equipo. la excapitana concluyó que no había esperanza de solucionar nada cuando, después de documentar todas las denuncias contra dos entrenadores, las llevó ante los directivos de la federación.
«En vez de expulsarlos del cargo o castigarlos, (los responsables) fueron promovidos».
Ocurrió hace varios años, dice la deportista. Y algunos de los principales acusados son figuras poderosas en Afganistán, con vínculos con el gobierno.
Según la denuncia, funcionarios de la federación le dijeron a las jugadoras que si querían quedarse en el equipo debían mantener relaciones sexuales con ellos.
Ellas relatan historias semejantes de acoso sexual e intimidación, donde directivos y técnicos las chantajeaban a cambio de un lugar en la selección nacional o por una oportunidad de jugar en el extranjero.
Una de ellas contó que un técnico le había dicho: «Muéstrame qué tan bella eres, porque solo las chicas bonitas quedarán en el equipo».
Las acusaciones dentro de la selección femenina de fútbol tuvieron bastante repercusión debido a que el equipo había sido visto como un símbolo de un nuevo Afganistán, más liberal y moderno.