La información suministrada acerca de Michael Schumacher desde que sufrió un accidente de esquí el 29 de diciembre de 2013 es prácticamente nula. La familia así lo ha decidido. («Schumacher sigue con la misma cara, solo que un poco más rellena»)
Tras haber golpeado su cabeza contra una roca, el pentacampeón de la Fórmula 1 fue trasladado de inmediato en helicóptero a una clínica de Moutiers, luego al Hospital de la Universidad de Grenoble en donde se le realizaron dos operaciones cerebrales y donde estuvo cinco meses hasta que fue llevado al Hospital universitario de Lausanne.
En junio de 2015 su esposa, Corinna Betsch, decidió mudar su internación a la mansión que la familia posee en Gland, Suiza, en donde se encuentra desde entonces. Desde allí, se construyó un cerrojo que impide que se conozcan datos sobre su salud, más allá de los suministrados por la familia. (Un arzobispo alemán cuenta con detalle como sobrevive Michael Schumacher)
Las pocas versiones que han circulado desde entonces han sido desmentidas por su círculo íntimo, pero ahora un sitio inglés asegura tener información sobre el verdadero estado de «Schumi«.
«Sportsmail entiende que no está en cama. Tampoco está entubado. Sin embargo, se cree que está recibiendo una amplia atención de enfermería y terapia, que se estima que cuesta más de 50.000 libras por semana (USD 63.000)», señala el sitio.
Esto significa un salto gigante en su recuperación ya que lo último que se conocía es que la familia gastaba más de USD 150 mil por semana en gastos médicos, debido a que había equipado una habitación de la mansión como si fuese una sala especial y además le pagaba a 15 médicos para sus cuidados.
Esta gigantesca casa, construida a orillas del lago Lemán, está ubicada en un predio de unos 700 metros cuadrados y funciona como un bunker que mantiene a Schumacher lejos de la prensa. Hasta el momento un fotógrafo quiso vender una imagen del ex corredor de Ferrari, pero la familia le inició una demanda y nunca se conoció la fotografía.
El 29 de diciembre se cumplirán cinco años desde el accidente ocurrido en Los Alpes Franceses cuando el alemán esquiaba con su familia y golpeó su cabeza contra una piedra. El ex piloto tenía por entonces 44 años y ahora se cerca de cumplir 50.
El tiempo ha pasado y su hijo, Mick, está cerca de la Fórmula 1. El joven corredor fue campeón de la Fórmula 3 esta temporada y varios equipos lo tienen en carpeta porque el apellido Schumacher sigue vivo en la categoría de automotores más importante del mundo.