La vida de Mike Tyson como boxeador fue tan gloriosa como excéntrica. Además de cosechar títulos y transformarse en el rey de los pesados, acumuló locuras y capítulos oscuros, como su relación con las drogas o cuando fue sentenciado a diez años de prisión por violación. En las últimas horas se reveló una historia desconocida sobre el pugilista retirado: el día que se quiso boxear con un gorila e intentó sobornar a un cuidador para conseguirlo. (Vídeo: Mike Tyson se fuma un porro gigante)
Según el medio británico The Sun, el pugilista tuvo una idea imprudente en la década del ’80, en pleno apogeo de su carrera como boxeador profesional, cuando visitó un zoológico en Nueva York. «Llegamos a la jaula y había un gran gorila de espalda plateada que estaba acosando al resto. Sí, era poderoso, pero su mirada era como la de un niño inocente. Al guardia le ofrecí 10 mil dólares para que abriera la jaula y me dejase romperle la nariz a ese gorila. Sin embargo, me lo rechazó«, confesó el propio Tyson. ( Mike Tyson confiesa en qué pelea entró drogado al ring)
Esta anécdota no solo refleja la descabellada vida de Tyson por esos días, sino que además se contradice con sus costumbres, en las que se muestra como un defensor de los derechos de los animales.
No es la primera vez que en su vida aparecen historias relacionadas con animales exóticos. Cabe recordar que el estadounidense llegó a tener tres tigres de bengala en una de sus mansiones. Los mismos habrían sido adquiridos por 48 mil euros euros cada uno y le implicaban un gasto de más de 8.000 dólares al año en alimento. En la taquillera película The Hangover (aquí conocida como «¿Qué pasó ayer?»), Iron Tyson tiene una participación, en la que justamente es dueño de un tigre, al que justamente los protagonistas raptan.
Hace una semana, el ex deportista de 52 años fue noticia en todo el mundo por un video que el mismo difundió. La imágenes lo mostraban fumando un cigarrillo gigante de marihuana como motivo de una campaña para promocionar su proyecto de plantación de cannabis en California, estado en el que se legalizó su consumo en enero de 2018.
«Quiero tener la compañía más grande del mundo», había dicho en noviembre en diálogo con TMZ, con respecto al emprendimiento que comparte con el productor de cine Robert Hickman, Jay Strommen y la alcaldesa de la ciudad, Jennifer Wood, según informó el sitio The Blast.