La ONG Ayuda en Acción, integrada en la campaña ‘Derecho a la Alimentación. Urgente’ denuncia que la crisis financiera está retrasando «aún más» la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), no sólo por su impacto en las partidas de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), sino porque los gobiernos del norte están centrados en paliar sus efectos y descuidan «las otras crisis», aquellas que azotan a los países del sur y que parecen no existir para los ciudadanos de los países ricos.
Así lo han explicado en declaraciones a Europa Press el encargado de Relaciones Institucionales de Ayuda en Acción, Alberto Casado, y la responsable de financiación de Intermón Oxfam, Verónica Hernández, ambos «preocupados» porque «parece que crisis alimentarias como la del Sahel», que mantiene a 10 millones de personas de cuatro países en la hambruna, «no preocupan a nadie al no tener repercusión mediática».
En concreto, la crisis ha provocado recortes de 10 países a la AOD y la consecuencia es un retroceso en la consecución de los objetivos, aprobados en la Declaración del Milenio en el año 2000, que serán revisados este mes de septiembre y que deberían alcanzarse en 2015. De todos los objetivos cabe destacar sobre todo, el primero, que pretende «erradicar la pobreza extrema y el hambre», y el séptimo, cuya tercera meta es «reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable o a servicios básicos de saneamiento».
No obstante, la culpa en el retraso no la tiene solo la situación financiera internacional, según Casado, ya que «los compromisos, aun sin recortes, no se están cumpliendo» y la promesa de invertir el 0,7 por ciento de la Renta Nacional Bruta (RNB) «tampoco se ha cumplido» (está en el 0,52). En relación con los recortes, el pasado 20 de mayo el Consejo de Ministros acordó una reducción de 800 millones de la AOD para 2010 y 2011, aunque el Gobierno asegura que la reducción no afectará «en ningún caso a la ayuda humanitaria de emergencia, a las subvenciones ya acordadas con las ONG ni a los acuerdos bilaterales de cooperación con otros países».
Hernández espera que los recortes anunciados por el Gobierno no afecten a los programas de educación y sensibilización que «llevan a cabo más las ONG que las instituciones», y que aunque no se reduzcan los presupuestos destinados a los programas que se realizan sobre el terreno, sí mermen fondos como el Fondo Mundial de lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria, y a otros programas multilaterales «que sí funcionan y aportan buenos resultados».
De hecho, 150 millones se recortarán de los Fondos de Cooperación para Agua y Saneamiento, una partida creada en la XVII Cumbre Iberoamericana de noviembre de 2007 donde el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió a destinar 1.200 millones de euros en cuatro años a favor de esta causa con el objetivo de «contribuir a hacer efectivo el derecho humano al agua», dando así cumplimiento al séptimo de los ocho ODM «pese al desfavorable contexto financiero».
Sin embargo, según los datos ofrecidos por la Coordinadora de las ONGD de España (CONGDE), 1.000 millones de personas no tienen asegurado el acceso a agua potable y 2.600 millones no tienen acceso a un saneamiento sostenible. A pesar del recorte de 150 millones, asegura la CONGDE, el Gobierno de España es «un referente en el reconocimiento del derecho al agua» y para ello impulsó junto a Alemania, en 2008, el mandato de una experta independiente en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para clarificar el contenido de este derecho.
En esta época de crisis, en la que los recortes a la AOD afectan a los fondos como los de agua y saneamiento, la Coordinadora señala que la sociedad civil «insta al Gobierno a que mantenga su compromiso para que el acceso al agua y al saneamiento sea considerado un derecho humano por la Asamblea General de la ONU», y las ONG asociadas, como Ayuda en Acción, interpretan lo que significa que los recortes se produzcan en las partidas dedicadas a la AOD.
En concreto, Casado interpreta el recorte como «que las prioridades no son la gente que vive en la pobreza», sino solucionar primero la crisis financiera y advierte de que su «mayor peligro está en la descentralización de las comunidades autónomas» que podrían seguir el ‘ejemplo’ del Gobierno central y ahorrar recortando las partidas de desarrollo.
PREVISION DE MENOS AOD PARA 2010
A nivel internacional, la tónica es similar. Un reciente informe del Real Instituto Elcano elaborado por Iliana Olivié asegura que la AOD de los 23 países miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE se redujo en algo menos de 3.000 millones de dólares en 2009 con respecto al 2008, y que en este año 2010, cuando se celebra la cumbre de revisión de los ODM, «la ayuda seguirá cayendo y probablemente con mayor intensidad».
A pesar de las previsiones de la OCDE, la experta prevé que la AOD disminuirá también este 2010 porque la «estimación de un aumento de las ayudas hasta los 126.000 millones de dólares se basa en la información presupuestaria suministrada por los países CAD en febrero de 2010, y desde esa fecha diversos países, entre ellos España, Italia y Grecia ya han anunciado recortes en el gasto público que afectarán también a los fondos destinados al desarrollo internacional».
Fondos que no consiguen todavía erradicar la pobreza extrema y el hambre, como reza el primero de los ODM, porque a día de hoy, según los datos de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) hay cerca de 1.020 millones de personas que sufren hambruna en el mundo. Esto ocurre a pesar de que el primero de los ochos «ambiciosos» objetivos consiste en erradicar la pobreza extrema y la hambruna, reduciendo a la mitad, en 2015, el porcentaje de personas que padezcan hambre.
CALIDAD DE LA AYUDA
Las ONG coinciden en que para contribuir al desarrollo no sólo hace falta dinero para solucionar los problemas, sino que como asegura Hernández, es necesaria la ayuda «para que los problemas no vuelvan a suceder», y advierte, además, de que «no hay dinero para cambiar las políticas agrarias de los países en desarrollo».
El ‘Informe sobre la Cooperación para el Desarrollo 2009’ de la OCDE advierte de que «uno de los principales obstáculos que impide que la ayuda produzca el impacto de desarrollo que podría tener es la fragmentación: ayuda que viene en pedazos demasiado pequeños de demasiados donantes, creando costos administrativos innecesarios y derrochadores y dificultando la orientación de los fondos a donde más se necesitan».
Hernández pide al Gobierno que cambie su modelo de cooperación, «que es antiguo», y opte por modelos que aporten dinero a los programas presentados por los países en desarrollo, evitando así que se produzca la fragmentación de las ayudas que señala el informe de la OCDE, y que eleva los costes administrativos porque «cada agente hace lo que quiere».
A la espera de que se produzca el cambio de modelo que solicita Hernández o de que por el contrario se mantenga, las AOD se reducen alejando el cumplimiento de los ODM, y la situación de las personas que viven en la pobreza se agudiza más por una crisis económica, que como aseguran las ONG, centra la atención de los gobiernos.