El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha alertado de que aún hay dos millones de personas afectadas en Haití y 1,3 millones de desplazados mientras se acerca la temporada de huracanes. Además, señaló que la violencia de género en los campamentos se está incrementando y es una fuente de preocupación.
Entre las actividades que realiza esta agencia en el país caribeño se encuentra la línea telefónica dedicada a informar de los casos de los menores separados de sus padres y sus familias. Hasta la fecha, más de 3.500 menores separados han sido registrados, con sólo 746 niños reunidos a través de las operaciones dedicadas a la reunificación. Mientras, a otros niños se les apoya para que encuentren un cuidado similar al que proporcionaría una familia seguro y adecuado.
UNICEF indica en su informe que continúa la protección de la infancia mediante el apoyo comunitario, con al menos 310 centros en los al menos 70.000 niños se benefician diariamente.
Aunque es demasiado temprano para realizar una evaluación sobre su progreso, algunos monitores han informado de que hay mejoras visibles en el bienestar emocional de los menores, y sugieren que muchos se han recuperado del estrés causado por el terremoto –que tuvo lugar el pasado enero– y han conseguido un sentido de felicidad e interés en el juego, los estudios y en querer hacer amigos.
Así, aunque disminuye la necesidad de apoyo psicosocial para el trauma y el estrés relacionado con el terremoto, sigue la necesidad de protección, que se ha incrementado ya que hay riesgos múltiples incluida la violencia, y especialmente la violencia sexual, la negligencia, el abuso y la separación.
Además, el desplazamiento continuo y la falta de oportunidades para ganarse la vida agrava la vulnerabilidad, especialmente para las adolescentes. Una tendencia alarmante es el aumento del número de los embarazos adolescentes, y la prostitución infantil está vinculada a la situación de vulnerabilidad extrema de las adolescentes que no tienen opciones de refugio.