Confían en recaudar los beneficios de libros y películas inspiradas en su heroica gesta
Un año después del accidente en la mina San José, muchos de los 33 de Atacama aún tratan de despertar de un mal sueño que les reportó mucha fama, pero poco dinero, mientras esperan recaudar los beneficios de libros y películas inspiradas en su heroica gesta.
Tras el fatídico derrumbe que los catapultó a los titulares de los medios de comunicación, poco ha cambiado en la rutina diaria de la mayoría de los mineros, unos 15 de los cuales siguen sin trabajo fijo. Además, 7 se encuentran con baja médica.
«En este minuto hay 7 mineros con licencia. Fundamentalmente los problemas se deben a trastornos de sueño», explicó el gerente zonal de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs), Alejandro Pino, que durante el encierro les prestó apoyo psicológico.
«Incide mucho el estrés postraumático tras haber estado encerrados 70 días en una mina», añade Pino.
Sin embargo, Jean Romagnoli, que como experto de la Achs tuvo también un destacado papel durante las tareas de rescate, discrepa de esa opinión.
«Yo creo que tiene que ver más con que no han tenido una alternativa laboral», señaló.
«Tiene que ver con el desencanto de promesas no cumplidas. Se les prometió un trabajo en Codelco (la minera estatal). Se hicieron muchas promesas que parece que se las llevó el viento o se las tragó la mina», recalca.
Las secuelas físicas y sicológicas del accidente llevaron a los 14 mineros de más edad a solicitar al Gobierno una pensión de gracia que les permita jubilarse y que, según la prensa local, se les concederá el próximo 22 de agosto, cuando se cumpla un año desde que se supo que estaban vivos.
Según el diario ‘El Mercurio’, siete de los mineros se han dedicado en este tiempo a hacer charlas motivacionales, y otros cinco viven de la venta de comestibles, ya sea en pequeños negocios o en puestos de feria.
Solo uno de ellos, Pedro Cortés, de 26 años, se puso a estudiar y optó por perfeccionarse en tecnología eléctrica, aunque se ha visto ahogado por las deudas para pagar sus cursos.
«No tenemos donde caernos muertos», aseguró tras recoger este jueves la parte de la indemnización que la minera San Esteban, dueña del yacimiento San José, aún adeudaba a unos 20 de ellos, los que eran trabajadores de planta -no contratistas- y han sido dados de alta.
Marcados por la dura experiencia y por penurias económicas, 31 de ellos interpusieron el pasado julio una demanda por 7.750 millones de pesos (16,66 millones de dólares) contra el Estado por su supuesta negligencia a la hora de fiscalizar el yacimiento San José.
De tener éxito, cada uno de los demandante recibiría 250 millones de pesos (unos 537.600 dólares). Además, los mineros están a la espera de que la Fiscalía finalice la investigación preliminar contra los dueños de la mina, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, según confirmaron fuentes del Ministerio Público.
Una vez adopte una decisión, los mineros podrían presentar una demanda contra ellos para obtener así otra indemnización.
Entre las promesas cumplidas sí figuran la moto y los 5 millones de pesos (unos 9.803 dólares) que el millonario empresario minero Leonardo Farkas regaló a cada uno de los obreros, además de las dos casas que ofreció a dos mineros que no tenían vivienda.
Los famosos obreros también han viajado invitados a varios países, entre ellos Estados Unidos, para conocer el parque de atracciones Disney World, Grecia, Reino Unido y Jerusalén, que es, por su significado religioso, la experiencia que más marcó a muchos.
Para capitalizar su hazaña y evitar que las ganancias se las lleven otros, los mineros contrataron al estudio de abogados más grande del país, Carey y Cía., y crearon una sociedad para proteger su imagen y vender su historia.
Además, firmaron un contrato con la agencia William Morris Endevour (WME), que representa a varias estrellas de Hollywood, con el fin de que gestione las ofertas para llevar su historia al cine y a la televisión.