Los narcos están ampliando el negocio de la extorsión y ahora tienen en su punto de mira a los cultivadores de aguacates
Parece que últimamente México entero se ha unido respecto a una cosa que, por primera vez, no es ni fútbol ni la última telenovela de éxito.
Los mexicanos están pensando en lo mismo, ya en la mesa, cuando van al mercado o en el trabajo. Y lo que tienen en la cabeza es el precio del aguacate.
Suave como la mantequilla y ligeramente dulce, fue cultivado por primera vez hace unos 12.000 años en el sur de México. Ahora es apreciado como una exquisitezpor todo el mundo.
Aunque el origen de su nombre no es para nada elegante. La palabra es un derivado de «ahuacatl», que en nahautl, el idioma que hablaban los aztecas, hace referencia a una cierta parte de la anatomía masculina: los testículos.
De costar un par de dólares el kilo a principios de año, los aguacates han subido de forma constante en una escalada que hasta hace poco parecía no tener final. Llegaron a los US$5 o US$6 por kilo, aunque se pudo ver quien pedía más de US$8.
En un país que se toma la comida tan en serio como México, esto es la receta para el desastre.
¿Guerra de los aguacates?
Los mexicanos, que cultivan el 40% de los aguacates del mundo, los consideran algo sacrosanto.
De hecho, cada mexicano se come unos ocho kilos al año. Y es que van con todo: son fundamentales en la sopa de tortilla o una de las capas esenciales de cualquier torta.
Pero además son la base del guacamole, la salsa nacional mexicana.
Y nadie quiere meterse con los mexicanos y su comida.
En 2007, la subida del precio de la tortilla, el fino pan de maíz fuente fundamental de calorías para los más pobres, provocó una ola de protestas: «la guerra de las tortillas». ¿Veremos una «guerra de los aguacates»?
Tratando de averiguar los motivos para esta subida de precios, se hace patente otra cosa que los mexicanos adoran más allá de la clic comida: las leyendas urbanas.
BBC Mundo habló con un experto en seguridad que cree que tener la clave de la espiral del precio del aguacate.
La mayoría viene del estado de Michoacán, en el oeste, zona donde hay una enorme presencia de carteles de la droga.
Para este experto, los narcos están ampliando el negocio de la extorsión y ahora tienen en su punto de mira a los cultivadores de aguacates.
Los criminales exigen una tasa por cada kilo transportado por las peligrosas carreteras de Michoacán y eso se ha reflejado en el precio.
Un sinsentido, según le dijo a BBC Mundo el presidente de la asociación de productores locales. Para él, la causa está clara: una mala cosecha.
Conspiraciones
Pero otros mexicanos tienen su propia teoría de la conspiración. Carmen, una empleada de hogar, culpa a «los gringos».
«Los estadounidenses le han tomado gusto al guacamole, así que todos los aguacates se van para el norte».
Las redes sociales también se han hecho eco de cómo los aguacates van desapareciendo de la mesa, y un estallido de ira parece estar gestándose.
Pero luego una epifanía: un anuncio en la radio local promueve aguacates a menos de US$2 el kilo. ¿Se acabó la «guerra de los aguacates» sin haber empezado?