La Policía Nacional ha desmantelado en Madrid tres talleres textiles clandestinos, regentados por cuatro ciudadanos chinos, que explotaban como autétnicos esclavos a un contingente de 15 compatriotas.
Los desventuirados, que ni alzaban la voz, cosían piezas a destajo, sin horario de trabajo y cobrando unos 30 céntimos por pieza realizada.
Los locales se encontraban en los distritos de Carabanchel, Latina y Usera, donde los agentes comprobaron que permanecían hasta altas horas de la noche numerosos ciudadanos chinos, según informa la Policía.
Los tres locales eran regentados por ciudadanos chinos, que empleaban a compatriotas indiscriminadamente, sin cumplir los permisos necesarios, ni formalizar contrato laboral alguno, además de vulnerar la legislación relativa a la prevención de riesgos laborales.
Pobres condiciones laborales
Uno de los locales, que se encontraba en el sótano de una vivienda unifamiliar, estaba cerrado con llave y sólo se podía abrir desde el exterior.
Los trabajadores, que cosían sin parar, realizaban labores de corte, confección y acabado de prendas textiles en pésimas condiciones de higiene y salubridad. Los locales no tenían ventilación y escasa luz y los trabajadores no podían acceder o abandonar el taller en cualquier momento.
Las condiciones laborales eran tan miserables que uno de los locales fue clausurado en el momento por la Inspección de Trabajo.
La investigación ha sido llevada a cabo por el grupo XII de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación, pertenecientes a la Jefatura Superior de Policía de Madrid y contó con la colaboración de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Madrid.
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