Cristina Fernández de Kirchner no ha perdido el tiempo y este 18 de marzo de 2013 se plantó en el Vaticano, no en busca de la bendición de del papa Francisco, de nacionalidad argentina, sino a cobijarse bajo la ola de popularidad que Jorge Mario Bergoglio, hasta ahora arzobispo de Buenos Aires, ha desatado desde que el pasado 13 de marzo es el sumo Pontífice de la Iglesia Católica.
Pero antes, Cristina Fernández tomó precauciones para que el avión presidencial, el Tango 01, no fuera embargado a su llegada al aeropuerto de Roma, como consecuencia de alguna de las muchas demandas que tienen interpuestas entidades particulares e instituciones contra el Estado Argentino.
Según informa el diario argentino Clarín «eso es lo que tiene que hacer la Casa Militar para planificar un viaje de la Presidenta al exterior.
Es que después del embargo que sufrió la Fragata Libertad en Ghana, se reavivaron los temores de que le pueda ocurrir algo similar al Tango 01.
Durante la semana pasada, fuentes aeronáuticas confirmaban que la Presidenta había mandado a alistar el Tango 01 pero, al mismo tiempo, la mayoría de los funcionarios e invitados de la comitiva oficial invitada a Roma para la primera misa pública del Papa Francisco contaban que viajarían en un avión comercial.
¿Por qué la Presidenta haría el trayecto casi sola en un avión grande como el Tango 01. Aunque la Casa Rosada mantuvo la información en reserva, Clarín pudo averiguar que la Presidenta partió el sábado en el Tango 01 desde Aeroparque junto a unos pocos asistentes personales.
Aterrizaron en Marruecos, donde dejaron el avión presidencial en custodia del rey Mohamed VI, un buen amigo de la mandataria argentina.
Y desde allí continuaron viaje en un jet Bombardier BD-700-1A10 Global Express, con matrícula EC-KVU.
El avión pertenece a la filial española de la firma Tag Aviation y tiene un valor de mercado de unos veinte millones de dólares.
Es una aeronave con capacidad para 12 pasajeros, 5 camas y una habitación con baño privado y una autonomía de 13 horas de vuelo sin recarga de combustible.
En ella aterrizaron la Presidenta y su gente de mayor confianza en el sector militar del aeropuerto de Ciampino, en las afueras de la capital italiana, pasado el mediodía local».