El Defensor del Pueblo boliviano denuncia la venta de menores por de dos a cinco euros

Condenada a diez años de cárcel por vender a su hija de un año por 500 euros

Quince mil menores son 'exportados' ilegalmente de Bolivia a Argentina cada año

Condenada a diez años de cárcel por vender a su hija de un año por 500 euros
Un bebé boliviano pintado por Cecilia Valdivia Garay. CVG

Se trata de un problema de educación porque en algunos países el tráfico de menores es aceptado socialmente y difícilmente penalizado por la ley

Un juez de Bolivia ha condenado a diez años de cárcel a cuatro mujeres que participaron en la venta de una niña de un año en la región de Potosí, entre ellas la propia madre de la bebé.

Una de las pruebas de la venta de la menor fue un documento encontrado en el ordenador de una abogada en el que «se habla del monto de dinero (pagado) por (la compra de) la menor», que inicialmente era de 3.000 bolivianos (unos 307 euros) y posteriormente fue de 5.000 bolivianos (unos 513 euros).

Se da la circunstancia de que el Defensor del Pueblo de Bolivia, Rolando Villena, denunció en 2011 que en esta región, una de las más pobres del país, se compran niños y niñas por precios que van de tres a siete dólares (entre dos y cinco euros).

Se sospecha además que unos 15.000 menores pasan ilegalmente la frontera hacia Argentina cada año, sin que las autoridades lo impidan.

Las mujeres fueron encontradas culpables de un delito de trata y tráfico de personas por el que también fue condenado a dos años de prisión un hombre, según un comunicado del Ministerio Público.

«Los hechos tuvieron lugar hace tres años en la población de Uncía, en el norte del departamento andino de Potosí, donde la madre llevó a la pequeña desde La Paz para venderla a una segunda persona».

También se realizó una prueba genética que determinó el parentesco entre la madre y la pequeña vendida, que ha sido trasladada a un centro de atención.

UN NEGOCIO PLANETARIO

Según cifras de la ONG Save the Children, cada año 1.2 millones de niños son traficados en el mundo, una cifra que crece ya que se trata de un crimen de bajo riesgo y grandes ganancias, que aporta beneficios anuales por US$32.000 millones.

«La principal causa del tráfico de menores es la pobreza y el poco reconocimiento de los gobiernos de que se trata de un enorme problema que va en aumento», explica a BBC Mundo Kate Redman, de la organización Save the Children.

«Además, se trata de un problema de educación, porque en algunos países el tráfico de menores es aceptado socialmente y raramente penalizado por la ley».

Kate Redman señala que no siempre los pequeños son secuestrados o robados, sino que en muchas ocasiones los menores son vendidos o entregados a otras personas por los propios padres, pensando que de esa forma tendrán un mejor futuro.

Según un informe de esta organización, los principales factores que mueven el tráfico de menores están relacionados con el trabajo esclavo, la industria del entretenimiento, la pornografía y el sexo, o la demanda que existe en países como India para el trabajo doméstico realizado por niños. Estas redes de tráfico de menores existen entre países o dentro de una misma nación.

«Otro factor son las adopciones internacionales, un mercado en crecimiento que contribuye al problema ya que es muy lucrativo y es ampliamente aceptado».

En países árabes, por ejemplo, los menores son vendidos para uniones matrimoniales. En América Latina y el Caribe, el tráfico de menores está destinado fundamentalmente a la industria internacional del turismo sexual.

«Todos estos niños son víctimas y no deben ser tratados en la misma categoría que los inmigrantes ilegales».

«El impacto psicológico que tiene para los niños crecer fuera de sus comunidades, ya sea como esclavos o porque fueron vendidos por sus propias familias, en un daño que no se borra nunca y necesitan nuestra ayuda».

 

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