Los hombres marroquíes y rumanos son los más perjudicados por el desempleo
La crisis ha lastrado el desarrollo laboral de los inmigrantes.
Un 51% de los trabajadores extranjeros se encuentra en una situación de parado de larga duración, frente al 35% de los autóctonos.
Así lo asegura el estudio ‘Crisis, Empleo e Inmigración en España. Un Análisis de las Trayectorias Laborales’, elaborado por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona.
El documento, presentado este 20 de enero de 2015, destaca la necesidad de desarrollar nuevas políticas de empleo que actúen sobre los trabajadores inmigrantes.
Los investigadores sostienen que la creación de puestos de trabajo es fundamental para reducir el desempleo en el colectivo.
«El paro de larga duración se ha convertido en el gran obstáculo en el itinerario laboral de los trabajadores inmigrantes».
El estudio señala que deberían reactivarse las políticas activas y pasivas de empleo en España.
«Existe una disminución de las tasas de cobertura de la prestación. Ante un alto desempleo estructural de larga duración, la ausencia de mecanismos de mantenimiento de rentas hará aún más difícil la integración laboral de la población inmigrante».
El informe, que ha contado con el apoyo de la Obra Social ‘La Caixa’, indica que, entre los años 2007 y 2011, las condiciones laborales de los trabajadores extranjeros han empeorado.
Según los investigadores, se han producido retrocesos significativos en los sueldos y en la calidad de las ocupaciones.
Sin embargo, no ha afectado por igual a todo el colectivo. Los hombres marroquíes y rumanos son los más perjudicados, según el documento.
Entre los inmigrantes, son las mujeres las que menos sufren el desempleo, al contrario de lo que sucede en las estadísticas de la población general.
Movilidad y retorno
Esta situación ha propiciado que muchos extranjeros regresen a sus países de origen. Otros han optado por la búsqueda de «empleo informal», una vía a la que el colectivo es «muy reticente», ya que puede suponer la pérdida de los permisos de residencia.
La mayoría de estos trabajadores han preferido aceptar peores condiciones para poder mantener su vinculación a la Seguridad Social.
La movilidad geográfica es otro recurso, según constata la investigación. Esta situación ha aumentado pese a las dificultades que implican los vínculos familiares y sociales a la hora de trasladarse.
«Ante un alto desempleo estructural de larga duración, la ausencia de mecanismos de mantenimiento de rentas y de recualificación hará aún más difícil la integración laboral de la población inmigrante».