Japón tiene un problema con sus muertos, y es que en todo el país existen solo 26 crematorios pero la tasa de mortalidad está en aumento. Esto ha allanado el camino para el surgimiento de un excéntrico pero rentable negocio en el que los ‘clientes’ son los difuntos, informa Reuters.
Se trata de los hoteles para cadáveres, lugares transitorios para los difuntos mientras esperan su turno para ser cremados. Por fuera pueden confundirse con un alojamiento convencional, pero por dentro son albergues que ofrecen ataúdes perfectamente acondicionados para evitar que los cuerpos se descompongan.
La tarifa diaria por la estancia de los cadáveres en estos hoteles es de 9.000 yenes (unos 84 dólares), y está teniendo un gran auge, debido a que la cantidad de fallecidos ha sobresaturado los crematorias de todo el país.
En Japón, la muerte se ha convertido en un mercado rentable: cerca de 20.000 personas mueren anualmente y se espera que para el año 2040 alcance una tasa de mortalidad de 1,7 millones.