Energía nuclear

China ‘mueve ficha’ para controlar la energía nuclear en América Latina

Argentina se convierte en una apuesta estratégica para el país asiático

China 'mueve ficha' para controlar la energía nuclear en América Latina
Fotografía de archivo del 05/05/07, de una vista general de la central nuclear de Ascó II (Tarragona). EFE/Archivo

China ha dado un nuevo paso para controlar los avances en energía nuclear de América Latina. El 2 de diciembre próximo, cuando haya concluido la cumbre del G20 en Buenos Aires y todos los jefes de Estado se hayan ido de Buenos Aires, el presidente de China Xi Jinping mantendrá una visita oficial a Mauricio Macri en la Casa Rosada para intentar abordar los temas más sensibles que le interesan al régimen comunista en su política de penetración en América Latina: los acuerdos por la construcción de una central nuclear, el desarrollo de inversiones en litio, el control del espacio aéreo y la persistencia de un fuerte financiamiento en swaps que podría condicionar a la Argentina en el futuro inmediato.

Se trata de una agenda ambiciosa de China en la Argentina, como lo es todo el avance que está desarrollando el todopoderoso Xi Jinping en la región y que tanto preocupa a los Estados Unidos y a varios países de la Unión Europea.

Si bien en los acuerdos que firmarán Macri y Xi hay un amplio listado de buenas intenciones y deseos mutuos, el tratado que más interesa en estos momentos a Beijing es aquel que tiene que ver con concretar cuanto antes el acuerdo para la construcción de la central nuclear Atucha V en Argentina con tecnología completamente china y con la firme intención de empezar a construirse en el 2022.

El tema resulta por demás sensible por un motivo irrevocable: la Argentina abandonó hace cuatro meses el proyecto de construcción de la central Atucha IV que había previsto con tecnología y aporte de Canadá y China por «problemas presupuestarios», como dijo a Infobae el canciller Jorge Faurie.

Así, la tecnología CANDU que supo forjar la Argentina a lo largo de su historia quedó en el pasado y ahora el Gobierno optó por adoptar a futuro equipamientos completamente chinos. ( Éste es el país latinoamericano que apuesta por la energía nuclear, a pesar de la preocupación de Washington)

A mitad de mayo pasado el canciller Jorge Faurie se reunió en Buenos Aires con su par chino Wang Yi donde le anunció la interrupción del proyecto de Atucha IV por problemas presupuestarios. Con este cambio de planes en la política exterior la Argentina se ahorró de pagar a China 7.500 millones de dólares de deuda que afectan el programa monetario. Es que si bien el financiamiento de esa central lo ponía China, en el presupuesto pesaba como deuda.

En cambio, Faurie le llevó una noticia más prometedora a Wang. Le anunció que el Gobierno se embarcó ahora en un proyecto de mayor envergadura con tecnología sólo china y que implicará el pago de un crédito flexible de 9.000 millones de dólares.

Las negociaciones reservadas que se están llevando adelante entre Buenos Aires y Beijing por la construcción de Atucha V resultan ser hasta ahora todo un misterio.

El embajador argentino en China Diego Guelar se entusiasmó en diálogo con Infobae sobre el proyecto de los chinos para la central nuclear Atucha V que se iba a instalar en Neuquén pero ahora se proyecta para el complejo Lima de Zarate-Campana.

«China no tiene operaciones especulativas de corto plazo, sino que, por el contrario, todos sus proyectos en Argentina son de largo plazo. No sólo no se preocupa por la tormenta económica del corto plazo sino que sigue apostando con total confianza en el futuro«, dijo Guelar.

Sin embargo, el optimismo de Guelar colisiona bastante con la prudencia que hay en la Secretaría de Energía que conduce Javier Iguacel y en ámbitos diplomáticos que manejan la temática. El acuerdo no está cerrado y se encuentra en plena etapa de negociación con Beijing.

«Vamos a ir con pie de plomo. La idea es revisar bien el contrato para que en el futuro no dependamos enteramente de la tecnología china», explicó a Infobae un allegado al secretario de Energía a cargo de la firma final del proyecto entre Macri y Xi.

En la práctica, esa idea de ir con «pie de plomo» sobre el proyecto de Atucha V implicará para el Gobierno que la central nuclear tenga al menos un 50% con tecnología argentina y que toda la mano de obra sea local. Es decir, que la producción de uranio enriquecido en esa central no quede sujeta a cualquier concesión futura que haga un gobierno en los próximos años.

«Nadie nos va a apurar. La Argentina no va a firmar cualquier acuerdo por presiones de China», se sinceró ante Infobae un funcionario de alta jerarquía de la Secretaría de Energía. La aclaración tiene una explicación de calendario: la diplomacia de ambos países quiere que el 2 de diciembre cuando se reúnan Macri y XI en Buenos Aires este todo listo para la firma del acuerdo nuclear y de otros proyectos para ratificar la «alianza estratégica integral» que tienen ambos países.

Una calificada fuente de la Cancillería que se encarga de este tema sensible del acuerdo nuclear dijo a Infobae que «la Argentina y China vienen negociando hace varios años la posible adquisición de centrales nucleares. Y está claro que la administración de Xi Jinping quiere asegurarse presencia y tecnología en Argentina».

El acuerdo que se está negociando entre Beijing y Buenos Aires contempla un cómodo financiamiento de los chinos a largo plazo por los 9.000 millones de dólares que demandará la obra pero como la Argentina no puede registrar ningún adelanto como deuda pública todo esto se podría hacer con dinero efectivo.

¿Qué pedirá a cambio el régimen comunista chino? Esta es la pregunta que deambula por los pasillos del Palacio San Martín y en la Casa Rosada. Nadie se anima a responder.

«Tampoco está resuelto el tema combustibles de la planta. Eso es más técnico y podría llegar a haber un entendimiento. Pero ya hubo algunas advertencias de Estados Unidos y la Unión Europea en clave diplomática que alertaron al Gobierno», admitió un diplomático argentino que se encuentra en una capital europea.

Para Irma Arguello, directora de la Fundación No Proliferación para la Seguridad Global (NPSGlobal), «está muy clara la intención de China de ganar terreno en América el Sur, tanto desde el punto de vista estratégico como comercial». (Energia Nuclear: Endesa e Iberdrola plantean un cierre de un máximo de tres hasta 2028)

Esto se vio reflejado recientemente en los recientes acuerdos de China con Brasil y la adquisición de una parte de la petrolera PDVSA de Venezuela. China es el mayor acreedor del Venezuela con 28.000 millones de deuda y el mayor comprador de petróleo con un 40% de las exportaciones venezolanas. Arguello argumenta que ante la incapacidad de pago del régimen chavista, es esperable que en el corto plazo haya cesión de activos a China.

El gobierno de Macri revisó los acuerdos nucleares, de energía eléctrica para la construcción de dos represas y los proyectos de espacio aéreo que venían de la etapa de Cristina Kirchner. Finalmente avanzó con esos acuerdos «corregidos». China aceptó todos los cambios. Al parecer, el pragmatismo chino por avanzar en América Latina puede más que cualquier letra chica de un acuerdo diplomático.

Arguello explicó a Infobae que el caso de la central Atucha V resultará muy sensible por un motivo: «La decisión de optar por un proyecto de tecnología desconocida, frente a uno de tecnología conocida, ha generado controversias en el ámbito nuclear argentino, ya que se abre el interrogante respecto de que grado de aporte podrá realizar la industria argentina a este proyecto. Esperemos que pueda ser manejado para maximizar la participación de la industria nacional«.

Tanto para Arguello como para analistas en temas nucleares consultados por Infobae que prefirieron hablar en reserva «la Argentina debería tomarse en un marco de análisis profundo de ventajas y desventajas, más que por razones políticas, o para privilegiar la relación estratégica con un país extranjero«.

Para Ricardo Vanela, especialista en Estrategia y Fundador de la Red Argentino-Americana para el Liderazgo (REAL) «está claro que China busca asegurarse recursos naturales, eso es lo que tiene Argentina, como así también Venezuela. En el escenario actual y sobre todo en el futuro muy inmediato, los recursos naturales hacen parte del capital más estratégico con el que puede contar un país en este planeta. En ese contexto, Argentina, me refiero a sus líderes, debe saber exactamente qué entrega y qué obtiene a cambio. Y debe elegir muy claramente con quién desea cerrar transacciones de alto impacto geopolítico«.

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