Venezuela se encuentra bajo los embates de la hiperinflación desde finales del 2017, bajo las políticas chavistas ahora mismo el país ostenta el record de la inflación más alta del mundo, sin embargo, registró una marcada desaceleración durante varias semanas entre los meses de febrero y marzo pasado, según las estimaciones de las firmas de análisis.
El comportamiento de precios de bienes y servicios en Venezuela se desaceleró en el mes de marzo como resultado de los apagones, el encaje legal y la variación del tipo de cambio, informó la Asamblea Nacional al presentar este miércoles los resultados de la inflación.
Durante el tercer mes de 2019, los precios registraron un alza de 18,1%, el más bajo desde mayo de 2017 cuando el incremento fue de 18,2%.
De acuerdo con la medición del parlamento venezolano, la inflación acumulada en el primer trimestre es de 429,3%, incluso por debajo del 453,70% reportado para igual período de 2018.(La Venezuela chavista cerró el 2018 con una inflación de casi 1.700.000 %)
La inflación entre marzo de 2019 y marzo de 2018 se situó en 1.623.656%.
Ángel Alvarado, integrante de a Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Económico, indicó que «la actividad económica prácticamente no existió durante el mes de marzo. El país estuvo paralizado y ello afectó la variación de los precios, lo que no quiere decir que se ha salido de la hiperinflación», en la que se encuentra desde noviembre de 2017.
«Técnicamente, salir de la hiperinflación requiere de tres meses seguidos con inflación por debajo de 50% y una vez que el país entra en relativa «normalidad» o por lo menos en la capital los precios retoman la senda que traía en febrero», precisó Alvarado.
Pero además, el comportamiento de los precios también fue determinado por una disminución en la emisión de dinero. El parlamentario acota que en las últimas ocho semanas el crecimiento de la masa monetaria ha sido menor.(Hiperinflación: el indignante cementerio de billetes venezolanos ¡Gracias Nicolás!)
El tipo de cambio fue otro de los factores que incidió en la baja registrada en la variación de precios. La tasa se ha visto afectada «por el encaje legal que ha restringido de manera radical el crédito en Venezuela. Se acabó el crédito hacia el sector comercial, eso ha hecho que no haya bolívares demandando dólares y las empresa estén vendiendo dólares para conseguir bolívares», lo que ha mantenido estable el tipo de cambio.
El bolívar sucumbe de nuevo – Por Guillermo Olmo, corresponsal del BBC News Mundo en Venezuela
En un país como Venezuela, en el que las autoridades no difunden datos sobre el comportamiento de la economía, la cotización del bolívar frente al dólar en el mercado paralelo se ha convertido en uno de los pocos indicadores fiables para la mayoría.
Durante los meses de febrero y marzo, al contrario de lo que había sido la tónica de los últimos años, la cotización del «bolo», como conocen los venezolanos a su moneda, se mantuvo relativamente estable.(Fondo Monetario Internacional: «Hiperinflación de Venezuela será de 10.000.000% en el 2019»)
Un dólar se cambiaba aproximadamente por 3.500 bolívares, y así fue durante varias semanas, como resultado, según los expertos, de las medidas drásticas de contracción de la liquidez aplicadas por el gobierno de Nicolás Maduro.
Pero, como temían los especialistas, su efecto ha sido efímero.
Esta semana el dólar ya se estaba cambiando por más de 5.000 bolívares. Todo parece indicar que, de nuevo, el bolívar cae sin freno.
Graves consecuencias
Aunque las estimaciones de los analistas indican que la hiperinflación registró una desaceleración y que, incluso, hubo productos que llegaron a bajar de precio, Guillermo Arcay, economista de Ecoanalítica y profesor de Macroeconomía de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, asegura que se trató de un fenómeno efímero y que la gente no lo pudo apreciar en su vida cotidiana.
«En este proceso, el ingreso de las personas se mantuvo igual en términos nominales, por lo que -en realidad- su calidad de vida siguió deteriorándose a un paso rápido», apunta.
Aunque las estimaciones de los analistas indican que la hiperinflación registró una desaceleración y que, incluso, hubo productos que llegaron a bajar de precio, Arcay asegura que se trató de un fenómeno efímero y que la gente no lo pudo apreciar en su vida cotidiana.
«En este proceso, el ingreso de las personas se mantuvo igual en términos nominales, por lo que -en realidad- su calidad de vida siguió deteriorándose a un paso rápido», apunta.
Destaca que otra de las herramientas que usó el gobierno de Maduro fue rezagar el gasto fiscal, evitando desde enero decretar aumentos de salarios en el sector público, pese a que en lo que va de año la inflación acumulada ya debe superar el 500%.
El gobierno de Maduro volvió a devaluar el tipo de cambio oficial esta semana, lo que usualmente anticipa un aumento de la inflación.
Tamara Herrera, directora de la consultora Síntesis Financiera, tiene pronóstico sombrío, «Esto es algo que no se puede repetir de forma reiterada porque vas a llevar al quiebre a las empresas y a los comercios. Entonces, vas a llegar al fin de la hiperinflación por la vía de la liquidación de la actividad económica. Le bajaste la fiebre al enfermo pero lo hiciste a costa de llevarlo a un estado precomatoso», concluyó.