La economía de Brasil pisa freno. El Ministerio de Economía de Brasil rebajó del 2,2 al 1,6% la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para 2019.
La previsión del PIB pasó del 2,2% en el final del primer bimestre (enero y febrero) al 1,6% que se maneja ahora tras comprobar el comportamiento de la economía en marzo y abril, según consta en el Informe de Evaluación de Ingresos y Gastos, divulgado este miércoles por el ministerio de Economía.
La proyección para la inflación en este año pasó del 3,8% al 4,1%. De cara a 2020, la previsión de crecimiento del PIB también se revisó a la baja, del 2,7 al 2,6%, mientras que tanto para 2021 como para 2022 se mantiene la meta de 2,5% de expansión.
Economía de Brasil frena más de lo esperado https://t.co/UMhnwT4Oxn pic.twitter.com/Fgil6Hb6nf
— Cronistacom (@Cronistacom) 15 de mayo de 2019
Los recortes en el gasto y la inversión pública, y la reforma impulsada durante el Gobierno del expresidente Michel Temer que limitaba el gasto público durante 20 años, no consiguieron acabar con el déficit público excesivo.
En diciembre de 2018, la deuda bruta del sector público alcanzó los 5.272 billones de reales, lo que representa unos 1.425 billones de dólares, y supone el 76,7% PIB. En 2013, antes de la deriva neoliberal de la política económica, la deuda pública se situaba en torno al 50%.
La política de austeridad no consiguió su propósito de acabar con el déficit público y cerró el año 2018 en el 7,09%, mientras que el déficit primario –los ingresos menos los gastos sin contar los pagos por intereses de la deuda– se situó en el 1,6%. La caída del gasto y la inversión pública está estrangulando la actividad económica que empuja a la baja la obtención de ingresos públicos por parte del Estado.