Estados Unidos golpea con fuerza a una de las principales empresas de China. El fundador y consejero delegado de la tecnológica china Huawei, Ren Zhengfei, pronosticó que los ingresos de la firma estarán 30.000 millones de dólares por debajo de lo esperado tras el veto de Donald Trump a sus productos.
El jefe del gigante tecnológico indicó que la facturación derivada de ventas caerá hasta los 100.000 millones de dólares este año y el que viene, lo que supondría una bajada de en torno al 10% con respecto al dato de 2018. A principios de año, Ren había explicado en una entrevista que la previsión de la empresa era alcanzar los 125.000 millones de dólares en ingresos este año.
No obstante, en una mesa redonda celebrada en la sede de la empresa, en Shenzhen (sureste de China), Ren afirmó que en los próximos dos años «reduciremos nuestra capacidad», aunque vislumbró que hacia 2020 «podremos volver a tomar inercia de crecimiento».
El veterano empresario afirmó que los «reveses» a los que se enfrenta Huawei «no han sido provocados por empresas» estadounidenses, sino por «políticos«, en una clara alusión al Gobierno dirigido por Donald Trump, que afirma que la firma china es un peligro para su seguridad nacional.
«El Gobierno de Estados Unidos está muy decidido a tomar medidas extremas contra Huawei, pero estas medidas restrictivas no nos detendrán», apuntó Ren, quien se mostró optimista de cara a la cooperación futura con empresas del país norteamericano, pese a que Washington se lo prohibió recientemente.
El gobierno de los Estados Unidos cree que utilizar equipos o infraestructura de Huawei supone un riesgo para la seguridad del país. En el decreto presidencial firmado el 15 de mayo que da origen a las limitaciones comerciales se menciona que esta decisión busca proteger al país de un posible espionaje económico e industrial. Desde hace un tiempo, Estados Unidos acusa a Huawei de estar estrechamente vinculado al gobierno chino y de haber recibido financiamiento del servicio de inteligencia de ese país. También supone que la empresa no puede escapar al escrutinio chino, es decir que se ve obligada a compartir datos con la administración de Xi Jinping.
A esta situación se le suman otras que afectan el vínculo entre Estados Unidos y el gigante chino. Washington presentó cargos penales contra Huawei el año pasado: acusa a la empresa de no haber respetado las sanciones que impuso contra Irán. Huawei habría comerciado con Irán a través de Skycom, entidad aparentemente controlada por la compañía china.
De ese modo, la empresa habría eludido las sanciones comerciales impuestas por Estados Unidos. A raíz de esto la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, está detenida en Canadá y ahora enfrenta una posible extradición a Estados Unidos.
Ren afirmó ahora que «en los últimos 30 años, el desarrollo de Huawei ha recibido apoyo de empresas de todo el mundo. En el pasado, cuando todavía no éramos tan fuertes, estábamos decididos a trabajar junto a empresas estadounidenses. En el futuro estaremos todavía más decididos a trabajar con empresas estadounidenses». Pese a las acusaciones internacionales sobre la seguridad de sus equipos, Huawei ganó un 25,1 % más en 2018, año en el que aseguró haber vendido 206 millones de teléfonos móviles y facturado 721.200 millones de yuanes (110.900 millones de dólares) en ventas.