Colombia no está entre los países de América Latina con el salario mínimo más alto y, sin embargo, el ganador Premio Nobel de Economía en 2010, Christopher Pissarides, considera que es uno de los grandes problemas de su economía.
En una visita reciente a la nación, el experto afirmó que ese «elevado» sueldo es «muy perjudicial».
«Fue una medida terrible y desastrosa para Colombia aumentar el salario mínimo sobre la productividad», indicó el economista británico-chipriota.
Pissarides desembarcó en Colombia en la primera semana de junio para participar en Cartagena en la Convención Bancaria, uno de los encuentros más importantes del sector financiero colombiano y que contó con la presencia del presidente Iván Duque.
Para el Nobel, los alrededor de US$250 que se pagan en el país como tasa mínima inciden drásticamente en los índices de informalidad de trabajadores y en la capacidad de la iniciativa privada para generar ganancias.Por ello el experto sostiene que «el salario mínimo debe ser ajustado»para que los colombianos recuperen competitividad, como sucedió en países europeos en los años recientes.
No es el más alto
Costa Rica (US$525) y Chile (US$430) son los países latinoamericanos con los salarios mínimos más altos.
Colombia se ubica en el puesto 14 de 20 en el ranking de América Latina. Sin embargo, para Pissarides la cifra incide en la capacidad productiva del país.
El salario mínimo creció entre un 4% y un 7% anualmente en este país durante la última década.
El último incremento, realizado por el gobierno de Iván Duque, fue del 6%, a principios de 2019.
La inflación en la economía colombiana creció 3,1% en 2018, similar a las economías más sanas de la región.
Pissarides sostiene que todos estos elementos generan un desequilibrio entre la capacidad del empleador frente a las ganancias del trabajador.
«Por eso el sector informal es tan grande».
En contraposición, el experto puso el ejemplo de Japón, que tiene un mercado laboral reducido y calificado gracias a la robótica y por ello crecen los salarios.
Como Colombia es un país con predominancia en el rubro manufacturero, Pissarides sostiene que no se puede tener sueldos más elevados que la capacidad productiva.
Otro ejemplo que menciona el Nobel para sostener su teoría son los mercados laborales de China e India, donde los salarios mínimos son reducidos y existe amplia mano de obra para la industria.
Para el economista colombiano Camilo Herrera, fundador de la empresa de análisis de mercados y consumo RADDAR, la informalidad en este país no solo se puede atribuir a las razones expuestas por el Nobel.
«Es un hecho que la capacidad de compra del salario mínimo de Colombia es más alta que la de otros países, pero hay que considerar que la cultura histórica hace que exista todo un mercado que funciona por fuera de esos márgenes».
Herrera indica a BBC Mundo que «apenas un 52% está vinculada de manera formal».
El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) publicó en junio que la informalidad laboral en la economía colombiana alcanza el 47,7%.
Existen más mujeres que hombres que trabajan en este sector en Colombia.
El economista señala que el problema que atraviesa la economía de su país por el trabajo no regulado viene de mucho antes del crecimiento de los salarios mínimos.
¿Y si bajan el salario?
Bajar el salario mínimo no asegura el crecimiento de la formalidad, en criterio de Herrera.
«Puede ser un verdadero dolor de cabeza. En Colombia y América Latina existe una cultura diferente, donde se contrata a gente por hora o por día y muchos se ofrecen a ser contratados bajo estos términos para no ser sujetos de declaración de renta».
El economista sostiene que no se puede ignorar que existe un importante sector que «prefiere trabajar libre» y que los empresarios «acceden a correr el riesgo».
«La solución que yo encuentro es apostar por los salarios por horas. Creo que se podría hacer esa transformación y que el gobierno colombiano lo está estudiando».
Por su parte, Fabio Arias, de la organización sindical Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), señala que la reducción del salario mínimo es «inaceptable».
El representante gremial, que año tras año negocia junto a otros los incrementos salariales de los trabajadores colombianos, sostiene que las opiniones del Nobel de Economía solo buscan favorecer al empresariado.
«Los grupos económicos más poderosos lo trajeron para decir que el salario mínimo de Colombia es monstruoso, sin considerar otros elementos de la realidad de Colombia».
Arias explica, mitad en serio y mitad en broma, que es «científicamente imposible que una familia sobreviva con un salario mínimo».
«Aquellos que viven en esa situación o en una cercana tienen que buscar una moneda más todos los días para salir de sus enormes necesidades».
El representante de la CUT añade, además, que son muchos los trabajadores formales que viven con un sueldo básico o similar.
Consultado sobre la posibilidad de que la postura del Nobel sea escuchada y repercuta en una rebaja del salario mínimo, Arias advierte que se responderá con marchas y huelgas para evitarlo.