Evo Morales pasó por Moscú y no fueron pocos los acuerdos que selló con Vladimir Putin. Los mandatarios de Bolivia y Rusia cerraron alianzas para la explotación de litio, desarrollo de la agricultura, seguridad e incluso de cooperación entre academias diplomáticas.
Pero lo más llamativo de la serie de documentos firmados por ambos líderes son los referidos al proyecto nuclear que los rusos llevan adelante en territorio boliviano. Se trata de un complejo para desarrollar tecnología basada en energía atómica para fines medicinales, agroindustriales y de investigación en la ciudad boliviana de El Alto, vecina de La Paz y a más de 4.000 sobre el nivel del mar.
El proyecto ha generado críticas de parte de la oposición a Morales, pero el gobierno boliviano ha insistido en la seguridad del mismo y los beneficios que traerá la instalación.
Un reactor nuclear en Bolivia
Para dar sus primeros pasos en el uso de la energía atómica, el gobierno boliviano creó en abril de 2016 a la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN) y suscribió sus primeros acuerdos para recibir cooperación rusa.
Esta entidad será la responsable del manejo de lo que es denominado Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear, que actualmente está en construcción. Este complejo, según está proyectado, será el de mayor altura en Latinoamérica.
«Este centro va a estar en el Libro Guinness de los récords porque es el único proyecto que está tan alto en el mundo», dijo el directivo ruso de Rosatom Evgueni Paquermánov en una visita reciente a las instalaciones.
«Saludo y agradezco esta instalación del centro de energía nuclear en Bolivia», le dijo Morales a Putin en Moscú. La ABEN señala que el complejo atómico boliviano tendrá tres componentes que le servirán al país en el desarrollo de la medicina nuclear, la irradiación a productos agrícolas y la investigación científica.
«El objetivo es desarrollar aplicaciones nucleares con fines pacíficos, con responsabilidad social y ambiental», señala la entidad gubernamental. La entidad destaca que así Bolivia dejará de ser el único país de Sudamérica en no aprovechar la energía atómica.
Las funciones
A finales de junio, Evo Morales saludó a diez bolivianos que fueron a capacitarse en instalaciones rusas, en 2018 otro grupo también fue enviado. «Despedimos con mucha esperanza a profesionales becarios que viajan a Rusia a especializarse en áreas de alta tecnología ligada a la irradiación gamma y el control de productos en laboratorio. Los bolivianos avanzamos juntos hacia la liberación y soberanía tecnológica», expresó el mandatario.
Además el gobierno habilitó 260 becas en el país para los futuros operadores de la central. A través de la planta de irradiación gamma, Bolivia pretende «dar un salto tecnológico y científico en el área agroindustrial».
El gobierno anunció que así aumentarán las exportaciones y mejorará la calidad de los productos agrícolas del país. El segundo componente del complejo atómico será un centro ciclotrón de radiofarmacia para producir radiofármacos y radioisótopos que ayuden en la detección temprana y tratamiento del cáncer.
Esta fue declarada por Evo Morales como una prioridad y se anunció que se espera que estos centros de atención oncológica comiencen a funcionar el próximo año. Finalmente, el tercer componente del centro nuclear será será un reactor y un laboratorio para investigación científica.
Cuestionamientos
La oposición boliviana ha cuestionado desde el principio la implementación de un programa nuclear en el país. Afirman que el gobierno de Morales ha permitido que países como Rusia o China tengan demasiada injerencia en Bolivia y los elevados niveles de endeudamiento adquiridos.
También señalan que otros proyectos energéticos que prometió la administración de Evo, como la producción de baterías de litio, no termina de despegar. Bolivia es uno de los países con más reservas del llamado «oro blanco» del mundo y se considera que su explotación puede ser el nuevo motor económico del país.