El temor a las sanciones de Estados Unidos es ahora más fuerte que las ganas de continuar con negocios en países en dictadura, es lo que podría interpretarse al ver las cuentas del tercer trimestre de la petrolera española.
Repsol se encuentra en Venezuela desde hace 23 años y por ejemplo, en el año 2016 contaba con una valor de «activos netos consolidados expuestos a los riesgos propios» de 2.273 millones, sin embargo, al cierre del tercer trimestre de 2019 la petrolera tiene apenas 351 millones de euros en activos en el país.
Se trata de la menor cifra en activos de la española en años, y que se encuentra en este momento al nivel de Libia, un país en constantes guerras.
La reducción de la presencia de la petrolera en la Venezuela presidida por Nicolás Maduro -medida en términos del valor de sus activos- ha sido prácticamente total, según los datos facilitados por la petrolera a la CNMV. En diciembre de 2017, la inversión era de 1.480 millones; en 2018 se redujo a 456 millones y en septiembre de 2019, a los citados 351 millones. La petrolera los tiene provisionados en sus cuentas.
Aunque la compañía no se posiciona sobre la posibilidad de abandonar totalmente el país por los problemas políticos que atraviesa, en una reciente conferencia con analistas el consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, aseguró que Repsol saldría de algunos países en los que tiene poca presencia, sin dar nombres. «Estamos en demasiados países», dijo Imaz a los analistas en la presentación de los resultados del tercer trimestre, el 31 de octubre.