La nueva ley pretende garantizar la integración social, perfeccionar la regulación de los flujos migratorios y reformar los mecanismos de vigilancia y control "para luchar contra la inmigración irregular"
La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, ha asegurado ayer que la nueva Ley de Extranjería, que se votará el próximo jueves en el Congreso de los Diputados, es una ley «moderna, garantista y equilibrada» porque incluye el «esfuerzo que se ha de hacer por el orden, el control y la legalidad».Rumí ha explicado la nueva normativa en la conferencia federal de integración y convivencia del PSOE, que ha reunido a diputados y responsables de las federaciones socialistas y de asociaciones de inmigrantes, consumidores y sindicatos, según ha informado este partido a través de un comunicado.
La nueva legislación surge de la obligación de reformar la anterior Ley de Extranjería aprobada por el PP, trasponer varias directivas europeas y «sobre todo la necesidad de incluir los nuevos requerimientos que plantea el fenómeno migratorio», ha explicado.
En este sentido, Rumí ha declarado que la nueva ley pretende garantizar la integración social, perfeccionar la regulación de los flujos migratorios y reformar los mecanismos de vigilancia y control «para luchar contra la inmigración irregular».
El nuevo texto es, según la secretaria de Estado de Inmigración, «el resultado de cinco años de trabajo en el diseño de una política integral e integradora de inmigración».
En la elaboración de esta «ley para el futuro», ha subrayado Rumí, se ha buscado «el diálogo fructífero» con grupos políticos, organizaciones sociales y de inmigrantes.
«Se han mirado todas las aportaciones, se han estudiado todas y se han incluido todas las que generaban consenso, no dividían y eran posible aplicar», ha afirmado.
El texto que será debatido en el pleno del Congreso del próximo jueves, será previsiblemente aprobado con el apoyo de CiU y Coalición Canaria.
