Washington, 1 may (EFE)- Miles de inmigrantes latinos salieron hoy a la calle en todo EE.UU. para recordar al presidente Barack Obama la promesa que les hizo al captar su apoyo en las elecciones: frenar la deportación de indocumentados y promover la reforma migratoria.
Avivados por la polémica ley de Arizona, que convierte en delincuentes a los indocumentados, inmigrantes principalmente latinoamericanos participaron hoy en protestas en 70 ciudades del país, algunas de ellas muy numerosas, como las de Los Ángeles, Chicago, Nueva York y Phoenix, la capital de Arizona.
En Washington, con el lema de «Todos somos Arizona», activistas latinos, encabezados por el congresista Luis Gutiérrez, protagonizaron una sentada ante la verja de la Casa Blanca, en un acto de desobediencia civil en protesta por el trato que están recibiendo los inmigrantes.
La Policía obliga a los colectivos que realizan protestas ante la Casa Blanca estar en movimiento, por lo que las ‘sentadas’ no están permitidas. Los cerca de 35 activistas, entre ellos el legislador por Illinois, fueron arrestados y transportados a un furgón policial.
«No me importa ir a la cárcel hoy, o mañana, si con eso conseguimos promover la reforma. Los latinos no nos dejamos derrotar, conseguimos lo que queremos», dijo el congresista demócrata, un fiero defensor de la reforma migratoria.
«Preferimos que nos arresten a nosotros, antes de que sigan abusando de nuestra comunidad, de nuestra gente», dijo a Efe el director ejecutivo de la organización Casa de Maryland, Gustavo Torres, que protagonizó la sentada junto al congresista, bajo la atenta mirada de las fuerzas policiales.
El mensaje que los activistas han querido lanzar al presidente Obama con las protestas de hoy en todo el país es claro, que impulse la reforma migratoria, que pare las deportaciones que dividen a las familias y que frene la ley de Arizona.
«El presidente lo puede hacer. Por eso fue que votamos por él, por eso fue que en (las elecciones de) 2008 la gran mayoría de nuestra comunidad decidió salir (a votar), porque él nos prometió que iba a parar las redadas y que iba a pasar la reforma migratoria en el primer año de Gobierno», dijo Torres.
Los colectivos de inmigrantes están encolerizados además con la ley de Arizona, que entrará en vigor el próximo 29 de julio y que permite a los agentes de inmigración y departamentos de Policía verificar el estatus migratorio de cualquier persona y sancionar a los extranjeros que no lleven consigo sus documentos migratorios.
«Los inmigrantes no son criminales, están aquí para encontrar trabajo y están dispuestos a trabajar muy duro», dijo la cantante mexicanoestadounidense Linda Rondstadt al comenzare la marcha en Tucson, ciudad situada a una hora al norte de la frontera con México.
En Los Ángeles, fueron Gloria y Emilio Estefan los que quisieron demostrar con su presencia el apoyo a la labor del inmigrante en EE.UU. y mostrar su rechazo contra la polémica ley de Arizona.
La célebre pareja de origen cubano se trasladó desde Las Vegas, en Nevada, donde se les rindió un homenaje esta semana, hasta Los Ángeles para unirse a las miles de personas que abarrotaron el centro de la ciudad para reclamar al gobierno de Obama una reforma migratoria.
«Vinimos refugiados a este país que nos dio muchas oportunidades», dijo Gloria Estefan sobre un escenario improvisado en una camioneta.
«Nos unimos con ustedes este día para que sepan que los inmigrantes somos honestos, trabajadores, para mostrar la cara bella que le traemos a este país, siempre respetando las leyes. Si todo el mundo mira hacia atrás, todo el mundo es inmigrante en este país», añadió la famosa cantante.
Washington fue hoy también el punto de destino de centenares de jóvenes, que en una larga marcha a pie, llegaron procedentes de Miami y de Nueva York para denunciar uno de los graves problemas de los estudiantes indocumentados: la imposibilidad de ir a la Universidad.
«El problema es que nos damos cuenta al llegar la hora de ir a la Universidad de que somos ilegales, y no podemos cumplir nuestro sueño», dijo a Efe José Luis Hoyos, uno de los estudiantes que ha caminado desde Nueva York hasta Washington.
Aunque el Día del Trabajo se celebra en EE.UU. el primer lunes de septiembre, el Primero de Mayo se ha convertido en una jornada de reivindicación tradicional de los derechos de los inmigrantes, desde que en 2006 salieron a la calle de costa a costa para pedir al Congreso la legalización de los más de diez millones de ilegales que se calcula hay en el país.