Lobo cumple 100 días en el Gobierno sin pleno reconocimiento internacional

Lobo cumple 100 días en el Gobierno sin pleno reconocimiento internacional
. Agencia EFE

El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, cumplirá mañana 100 días en el poder, sin que su Gobierno haya sido reconocido plenamente por la comunidad internacional y con la losa del golpe de Estado de junio pasado siempre presente.

El golpe de Estado del 28 de junio de 2009 contra el entonces presidente Manuel Zelaya ha marcado el Gobierno de Lobo, quien para parte de la comunidad internacional es fruto de la ruptura constitucional ocasionada por el derrocamiento.

Lobo fue elegido el 29 de noviembre pasado en unos comicios que habían sido convocados un mes antes de que Zelaya fuera derrocado -cuando impulsaba una consulta popular orientada a reformar la Constitución que había sido declarada ilegal- pero que se desarrollaron en medio de la crisis.

Cien días después de haber asumido Lobo, Honduras sigue sin normalizar su situación en el Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) y suspendida en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde aún no se avizora una fecha para su regreso.

En la víspera, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo en Tegucigalpa que la próxima Asamblea General del organismo, que se celebrará en Lima en junio próximo, no se centrará en la situación de Honduras y que el tema será abordado en un encuentro posterior.

Mientras tanto, varios países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) han amenazado con no asistir a la Cumbre de la Unión Europea con América Latina y el Caribe (UE-ALC), que se celebrará en Madrid el 17 y 18 de mayo, si está presente el gobernante hondureño.

Los únicos países de la Unasur que reconocen al Gobierno de Lobo son Colombia y Perú, mientras que en Centroamérica la situación es la opuesta y solamente Nicaragua, que es miembro de la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba), que lidera Hugo Chávez, no ha validado al Ejecutivo de Lobo.

Pese al rechazo a su Gobierno, Lobo ha sumado algunos logros, como la paulatina normalización de relaciones con algunos países de la Unión Europea, así como con EE.UU. y Canadá, entre otros, y los organismos financieros internacionales.

Lobo considera que ha venido cumpliendo con las exigencias de la comunidad internacional al formar un Gobierno de unidad en el que tienen representación incluso seguidores de Zelaya como el director del Instituto Nacional Agrario, César Ham, que fue candidato presidencial por el partido Unificación Democrática, de izquierda.

Además, instaló, ayer, la Comisión de la Verdad, que surgió del Acuerdo Tegucigalpa-San José, que representantes de Zelaya y del presidente de facto que lo sustituyó, Roberto Micheletti, firmaron en octubre de 2009 y el mandatario derrocado terminó repudiando por considerar que fue incumplido por el gobernante golpista.

Esa comisión esclarecerá lo que ocurrió antes y después del derrocamiento de Zelaya, quien tiene una veintena de denuncias en los tribunales por presuntos actos de corrupción, abuso de autoridad y traición a la patria, entre otros.

Lobo ha reiterado en las últimas dos semanas que Zelaya puede volver al país «cuando quiera» y que su Gobierno le respetará sus derechos, pero fuentes del Ministerio Público y la Corte Suprema insisten en que si viene tendrá que responder ante los tribunales.

En el apartado interno, Lobo ha sacado adelante en el Parlamento una batería de medidas fiscales orientadas a garantizar la estabilidad económica y social, y mejorar la recaudación de impuestos.

Se aprobó la ley del Fortalecimiento de los Ingresos, Equidad Social y Racionalización del Gasto Público, que podría generar unos 5.000 millones de lempiras (unos 263 millones de dólares) y permitirá acceder a recursos frescos de la comunidad internacional.

A esa iniciativa le antecedió la Ley de Emergencia Fiscal y Financiera, por un período de un año, que fue aprobada por diputados de las cinco bancadas del Parlamento, aunque una veintena de los 45 representantes del opositor Partido Liberal no se presentaron a la sesión.

Además de la crisis económica, que Lobo atribuye en parte a la administración de Zelaya, Honduras vive una ola de violencia y delincuencia común, que se suma a la polarización de la sociedad tras el golpe de Estado de junio pasado.

El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), por su parte, sigue exigiendo una Constituyente y el regreso de Zelaya, de quien algunos sectores consideran que no quiere volver al país porque su vida puede correr peligro y porque Chávez le ha dado «un buen empleo» en Petrocaribe.

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