La Administración estadounidense ha emprendido una nueva estrategia para identificar a trabajadores ilegales mediante inspecciones de trabajo en fábricas y granjas que, al contrario que las redadas, no suelen terminan con la deportación de inmigrantes ilegales, sino con su despido y la imposición de multas a la empresa contratante, según publica este sábado el diario estadounidense ‘The New York Times’.
Durante el pasado año, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) ha examinado la documentación de los empleados de unas 2.900 empresas y ha recaudado unos 3 millones de dólares en sanciones administrativas, de acuerdo con fuentes oficiales que, además, indican que este número supera ya el de compañías examinadas durante los ocho años de gobierno de George W. Bush.
Este nuevo procedimiento tiene especial impacto en ciertos sectores, como el de la agricultura, en el que la Federación Laboral reconoce que por lo menos el 60 por ciento de los jornaleros son indocumentados mexicanos.
Así, una empresa del sector afectada por estas auditorías fue Gebbers Farms, con sede en Washington, donde los agentes federales que llevan a cabo las «redadas silenciosas», como ellos mismos las denominan, encontraron a 500 trabajadores indocumentados, que el responsable de la granja se vio obligado a despedir sin contar con trabajadores con permiso de trabajo para sustituirlos.
Esta compañía solicitó a las autoridades los permisos de trabajo para contratar a 1.200 campesinos, 900 en México y 300 en Jamaica, mientras que los 500 despedidos, aunque no fueron deportados, siguen sin trabajo.
Responsables de la ICE explicaron que con esta estrategia tratan de implantar una nueva costumbre entre los empresarios basada en la revisión de la documentación de los empleados. En este sentido, el director del ICE, John Morton señaló que sus agentes persiguen a aquéllos que tengan un mayor potencial de contratar a inmigrantes ilegales, como es el caso de una panadería en San Diego, que se enfrenta a una docena de cargos.
«En lugar de cientos de agentes persiguiendo una compañía, ahora tenemos a un agente que puede ir tras cientos de ellas», señaló el presidente de Border Management Strategies, una consultoría de Tucson, que aconseja a las compañías sobre la ley nacional de inmigración en Estados Unidos. «No hay drama, no hay trauma, no hay familias desplazadas, no hay esposados», agregó.
El presidente estadounidense, Barack Obama, explicó en un discurso la semana pasada las directrices de su política de inmigración en dos pasos. Prometió un endurecimiento de las medidas contra la inmigración ilegal, al tiempo que prepararía el camino para la revisión legislativa que permitiría dar el estatus legal a millones de inmigrantes ilegales en todo el país.