El juez español Baltasar Garzón fue increpado por simpatizantes de los acusados en el juicio por delitos de lesa humanidad que se sigue en la ciudad argentina de Córdoba contra dirigentes de la última dictadura militar, entre ellos el ex presidente de facto Jorge Rafael Videla.
Los incidentes se produjeron a la salida del recinto donde se desarrolla el juicio, al que el magistrado asistió en calidad de público junto al secretario argentino de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, quien también fue increpado por seguidores de la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de la Argentina, que, además, golpearon a un periodista, señalaron medios locales.
En protesta por la presencia de Garzón y Duhalde, los acusados pidieron retirarse a una sala contigua al recinto donde se enjuicia a Videla, de 84 años, y a otros 24 antiguos jefes militares y policías, entre ellos el ex general Luciano Menéndez, por crímenes de lesa humanidad cometidos en la última dictadura argentina (1976-1983).
Un grupo de simpatizantes de los acusados golpeó en la nariz a un reportero de Radio Nacional cuando intentó fotografiarles mientras insultaban a Garzón, quien se dirigía a otra sala del tribunal para ofrecer una rueda de prensa en un receso del juicio.
«Vivan los cristianos de España, vivan los falangistas, vaya por los terroristas de ETA», gritaron al magistrado, suspendido de sus funciones en la Audiencia Nacional española tras declararse competente para investigar los crímenes del franquismo.
«Estar aquí es un derecho que tienen los acusados, pero con estas situaciones buscan cargar contra quienes quieren trabajar con legalidad. Creo que los acusados deberían demostrar dignidad, sobre todo con los testimonios de quienes sufrieron la falta de libertad», sostuvo el juez español minutos después en la rueda de prensa.
El juez Garzón consideró que en el juicio todos deben tener «garantías», incluso los imputados, quienes «privaban de la libertad» durante el régimen.
Los juicios contra represores «demuestran que la sociedad no se rompe, y que hay una reconciliación de las víctimas y la sociedad civil con la justicia, la cual, durante mucho tiempo, por leyes de impunidad no podía hacer nada», opinó.
El magistrado volvió a evitar referirse sobre su situación en España, aunque aclaró que será «respetuoso con el tribunal» que sigue su proceso.
El tribunal de Córdoba, a unos 800 kilómetros de Buenos Aires, enjuicia a Videla, presidente de facto entre 1976 y 1981, quien hasta ahora suma cuatro condenas a prisión perpetua en otros tantos juicios por violaciones a los derechos humanos.
Antes de asistir al juicio, Garzón se entrevistó hoy con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y se reunió, además, con miembros de organismos de derechos humanos, que le entregaron un documento respaldando su actuación en España.
Garzón anunció este lunes que trabajará con Argentina en el desarrollo de programas relacionados con la defensa de los Derechos Humanos luego de reunirse en Buenos Aires con el canciller argentino, Héctor Timerman.
También, el magistrado participó ayer en un seminario sobre derecho penal internacional y género en el que denunció que las dictaduras latinoamericanas se enseñaron especialmente con las mujeres.
Durante su estancia en Argentina, Garzón visitará la Casa de la Memoria y la Vida de la localidad bonaerense de Morón, donde funcionó una cárcel clandestina durante la dictadura, conocida como «Mansión Seré», y asistirá a un acto para promover la candidatura de las Abuelas de Plaza de Mayo al premio Nobel de la Paz.
En julio pasado, Baltasar Garzón fue homenajeado en Buenos Aires durante un acto realizado por el Gobierno en la ex Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó el mayor centro de detención ilegal durante la última dictadura argentina.